El entrenador del Sevilla lamentó anoche el empate a cero contra el Levante, pero sí reivindicó el juego de su equipo porque "la presencia en el área rival no se puede negar". Aún así, reconoció que no marcar ningún gol durante el partido es lo que realmente deja la mala sensación entre los jugadores y aficionados.
"Cuando jugamos así lo lógico es ganar pero no estamos disconformes con el juego del equipo". Respecto a un plan alternativo de ataque que no sea el juego por la banda derecha, el técnico madrileño reconoció que los cambios que hizo en la segunda parte mejoraron el juego del equipo, aunque también lamentó la poca fortuna de cara al gol.
Sobre el delantero Babá, que mandó a las nubes la que tuvo, reconoció que el clima que se genera en el Sánchez-Pizjuán cuando salta al campo no es el más idóneo ni para el jugador ni para el equipo, "La inseguridad no cambiará hasta que marque un gol".
Por último, durante su comparecencia en la rueda de prensa posterior al partido, Míchel pidió el apoyo de la afición "durante los 90 minutos del partido". "Necesitamos que todos los sevillistas vengan y a los que están fuera también los necesitamos. Los queremos a todos juntos", solicitó anoche el técnico sevillista tras el partido.
