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"Necesitamos jugadores con alma; si no, estamos muertos"

El técnico quiere más implicación dentro y fuera del campo y ve fundamental tener "gente que conozca la historia del Sevilla y la sienta". Dice que no se puede estar pendiente de ganar al Betis, sino de ser "mejor".

el 23 may 2012 / 20:12 h.

Míchel, durante la entrevista.

-¿Cómo se siente después de varios días de incertidumbre?

-Bien. Tenía la esperanza de seguir por algunos motivos que vi, pero estuve tranquilo. Uno siempre está pendiente de los resultados, es indudable, pero creo que mi trabajo ha hecho que se produzca un cambio de opinión sobre lo que hacíamos. También creo que el club ha actuado con cierta sensatez; no tanto por la continuidad del entrenador sino por darse cuenta de que había un problema y que habría que solucionarlo desde el conocimiento de la situación.

-El presidente habla de "madurez deportiva" al renovar al técnico sin lograr los objetivos...

-Cuando cambias constantemente, no sólo en este club, y no tienes acierto... Vamos a ver: es que no puedes tener tanto desacierto en la elección de jugadores y entrenadores. A veces es que se necesita un tiempo de cocción y cuando las cosas no están bien, quizá esas inquietudes o prisas te llevan a estar aún peor. Ha ocurrido conmigo pero podía haber pasado con cualquier otro. El club ha visto un problema y quiere reiniciarse con gente que está ya aquí.

-¿Cómo fue el momento en el que le dijeron que seguía?

-Estaba en mi casa viendo un vídeo de un jugador que me habían dejado y llamaron, sobre las siete, el día de la rueda de prensa del presidente. Cogió el teléfono mi mujer y me dijo: "Te llama el presidente". Él habló con ella dos minutos, y al hablar con ella dos minutos yo entendí que la cosa era buena. Él no le dijo nada a ella sobre mi continuidad, pero ya empezó a reírse. Él me dijo: "Sólo quería saber si quieres ser el entrenador de la próxima temporada". Y yo le dije "Sí, por supuesto" y me respondió "Ahora tu agente no me pondrá problemas" (risas).

-¿Se vio fuera tras perder con el Betis en casa?

-No. En el Sevilla la destitución no pude estar pendiente de ciertos resultados puntuales. A mí me gusta ganarle al Betis, mucho, y cuando se pueda, le ganaremos, como me gusta ganar a otros. No soy de contar batallas, pero sí cuento alguna cosa: tuve la fortuna de jugar en el Madrid, de ganar cinco Ligas, dos Copas, cuatro Supercopas, dos Uefas... Si se puede nombrar un rival del Madrid, ése es el Barça, y en esos años de esplendor, con la Quinta del Buitre, nunca le ganamos al Barça en su campo. Al final, lo que queda es lo que consigues. Ahora mismo, los papeles son diferentes. En la acera de enfrente, y además muy bien, dicen que la temporada ha sido notable. Y hemos quedado por delante de ellos. Sin embargo, en nosotros hay una gran insatisfacción. Este club no debe quedarse en ganar al Betis, que también, sino en ser mejor.

-¿Considera que ha cometido errores estos meses atrás?

Seguramente, pero veo cosas que el equipo ha hecho y son de entrenamiento, especialmente en ataque y algunas en defensa. También hemos tenido que modificar nuestra manera de entrenar porque la cabeza pesa mucho. Ha habido lesiones que son más de cabeza que de músculos. Y en la alineación tampoco he podido equivocarme tanto. Hemos tenido tantas lesiones y tantas cosas... El día del portero sólo había uno. Luego siempre hubo que ir buscando soluciones. No soy mucho de inventos y mucho menos de falta de respeto. Tener un jugador de una demarcación y poner a otro no lo veo saludable.

-¿Se siente querido aquí?

-Es muy difícil que un entrenador se sienta respaldado unánimemente. Hace tiempo, cuando jugaba, estaba muy pendiente de la prensa y de lo que decía de mí, porque crea opinión. A veces vivía atormentado con eso. Después de mucho tiempo, sigo estando pendiente, pero no leyendo sino por la referencia que recibo de la gente. Y la referencia es magnífica, porque te dicen "Ojalá te quedes" y tal. Creo que también ha habido una parte de mí que ha transformado mucho la imagen que existía. No sólo me lo dicen como entrenador, sino que se ve que algunas cosas transmito, por los entrenamientos, las ruedas de prensa... Ven en mí una posibilidad buena.

-Se le ve muy adaptado...

-En mi vida nunca estuve atado a los contratos de manera económica, sino a los sitios donde mejor me sentía, y así sigo haciéndolo. Si es por contrato... no voy a hacer el contrato de mi vida -el propio Míchel reconoce que se lo ha rebajado un 20%- pero sí uno maravilloso por estar en un club como el Sevilla, que es una gran referencia para lo que yo quiero ser como entrenador.

-¿Se ha visto el sello de Míchel o todavía hay que esperar?

-Hay que modificar algunas cosas. Vinimos con un plan de urgencia, en la UVI. Sinceramente, y eso es algo que no se puede demostrar, la situación pudo ser peor. Llegamos a dos puntos del descenso y tenemos ejemplos cercanos de "Nosotros no, nosotros no, y al final...". Se han modificado algunas cosas que debemos apuntalar más y hay otras que tenemos que mejorar muchísimo, trabajo que no hemos podido realizar por diferentes razones que tienen que ver con la intensidad defensiva, la colocación... Sobre todo, con la implicación defensiva. Nos hemos implicado más en ataque, y por ahí se nos han ido muchos partidos.

-Ha hablado estos días de competitividad y disciplina...

-La disciplina tiene que ver con las buenas costumbres. A veces parece que siempre es con el tono de ordeno y mando, y no es así. La disciplina es una organización desde que uno se levanta hasta que se acuesta. Es lo que quiero fomentar. Tiene que ver con los valores eternos, con los de siempre: la puntualidad, el respeto, la uniformidad... Esos valores ayudan a que luego la gente sepa cuál es su rango en el equipo y compita. Y si hay competencia, el equipo será mejor. Uno de los problemas de los vestuarios es la referencia. Si llegas y no hay una sobre qué camino seguir, al final cada uno toma la determinación, y a veces no se tiene la preparación, capacidad o experiencia para coger el adecuado. Hay que tener un objetivo común, que es el colectivo, el equipo. Ahí es donde vamos a incidir. Hay que poner unas normas y cumplirlas.

-¿Es imprescindible que haya líderes en el vestuario?

-Es fundamental. Casi siempre se busca en el capitán, en la estrella... No, no. Los líderes son los que marcan la norma, el camino, porque, además, conocen. Seguro que necesitamos más gente que conozca la historia del Sevilla y la sienta que lo que yo pueda transmitir. Necesitamos jugadores con alma; si no, estamos muertos.

-El presidente dice que habrá "varias incorporaciones"...

-Sí. Tenemos muy claro cuál es la situación de mercado. Yo no quiero saber nada del dinero, sólo planteo las posiciones que creo que debemos cambiar, modificar... y estamos absolutamente de acuerdo. A partir de ahí, empieza el mercadeo. Hay que sacar jugadores, cosa que no es sencilla. Sólo Kanouté y De Mul acaban contrato.

-¿Cuántos fichajes espera?

-Cinco, seis, siete... Estamos un poco pendientes de si hay alguna gran oferta. Siempre puede pasar, y hay que regenerarse. De aquí han salido los mejores jugadores. Daniel Alves, Adriano y Keita están en el Barcelona, por ejemplo.

-¿Le preocupa el futuro de Negredo y Gary Medel?

-Me preocupa su futuro aquí. Quiero que sean dos jugadores implicados, no sólo dos de los mejores sino dos de las referencias del vestuario. Y tienen que serlo con su carácter y personalidad. Que digan "Soy el mejor y, además, estoy aquí para echar una mano". Hay jugadores que tienen que dar esa parte de la implicación. Ser el mejor no es serlo sólo en el campo; también fuera.

-Se habla mucho sobre el futuro de Palop y Javi Varas...

-Tanto Andrés como Javi y tienen contrato. Palop ha hecho un tramo final muy bueno; Javi entró en un momento delicado y eso pudo marcar mucho más su aparición, pero son dos porteros con nivel para estar en el Sevilla. Lo que también entendemos es que la dirección deportiva piense que a Palop le queda un año y que Javi se ha podido sentir mal por no jugar, pero hay que ver más cosas.

-¿Qué pasará con jugadores como Romaric o Alexis?

-Yo no voy a apartar a nadie. Si el club no toma otra determinación y están aquí, son últiles para mí. Romaric ha hecho dos tercios de temporada buenos y hay curiosidad con él. ¿Quién explica lo de Koné o lo de Raul García en Osasuna? A lo mejor tiene que ver con la presión, con el hecho de que vienen a un club tan grande y les achica. En el caso de Alexis, yo le dije que no se fuera, pero le entiendo.

-¿Qué espera de Bryan Rabello?

-Mi idea es que se acople. Será un cambio absolutamente radical en su vida. No podemos meterle con 18-19 años el "Venga, tienes que ser...". Le vamos a dar todas las comodidades. Ojalá llegue y la rompa y le digamos que es un fenómeno. Es un segundo punta, con libertad para llegar desde atrás, con muy buen manejo, desborde...

-¿Y de Javi Hervás?

-Tiene una gran calidad técnica y un buen recorrido físico. La gente ha podido pensar que ha decrecido su rendimiento tras su fichaje. Lo que pasa es que ha sido más observado y eso añade un montón de cosas, pero es un chaval. Mira al Kun Agüero, un jugador maravilloso, y han tenido que pasar temporadas en el Atlético para que la gente supiese de quién estamos hablando.

-Usted se declara un amante de la cantera...

-Por eso quiero 21 o 22 jugadores. Pretendemos que en el filial haya futbolistas que estén entrenándose con nosotros y que para ellos no sea un trauma jugar con el primer equipo, sino que hayan disputado cinco, seis o siete partidos y estén adaptados.

-Campaña y Luis Alberto han tenido pocos minutos...

-Muchas veces hablamos de sentimientos, pero tenemos la labor de ser más objetivos. Me alegra mucho cuando se juntan los siete u ocho sevillanos que tenemos y se ponen a hablar entre ellos. Muchos han estado en la grada animando y ahora están ahí abajo. Pero no podemos quedarnos en "Soy sevillano, sevillista y he jugado en la cantera". Necesitamos más. Tenemos que darles las condiciones para que se sientan a gusto. No pueden tirar ellos solos con todo.

-Reyes: ¿Cómo le ha visto?

-Noto que la gente está decepcionada pero también ilusionada con él, deseando que haga algo para aplaudirle. Es su genio y el de la afición sevillista. No sólo para el fútbol, sino para todo. Para mí su problema es físico. Ha sido irregular por la falta de entrenamiento, la dispersión, las lesiones, la falta de continuidad... Entendemos que con un entrenamiento más ordenado, mejorará. No se puede jugar sin físico en el futbol. Le ha pasado a Ronaldinho, a Ronaldo... y Jose ha estado en condiciones precarias. Dije que el 1 de julio habrá jugadores distintos y él será uno de ellos.

-Hábleme de Del Nido. Ahora que le conoce, ¿cómo le ve?

-Es muy intenso, muy preocupado, y conmigo ha tocado en hueso porque no me importa, estoy las 24 horas en alerta. Me ha sorprendido mucho que quiera saber qué hacemos y cómo, y creo que eso ha sido una referencia a la hora de mi continuidad. Lo único que me gusta menos es que a veces le veo muy pendiente de los medios de comunicación, y se lo he dicho; también a otras personas del club. Los medios tienen su importancia, pero al final quien tiene la información eres tú. Veo que a veces meten 28 horas al club pero están muy pendientes de situaciones que al final no les vamos a solucionar ni tú ni yo. Creo que él tiene un punto de incomprensión porque ve cuándo llegó y dónde esta el Sevilla a pesar del año malo... Y el saldo es positivo. Él pretende que todo el mundo le quiera, y eso es imposible. Y en eso yo tengo algo más de experiencia e intento decírselo, pero no lo consigo (risas).

-Por último: ¿Le ha molestado algo de lo dicho sobre el tema Caparrós?

-Lo único que me ha molestado es lo que ya dije en aquella rueda de prensa. Soy un tío cordial, sencillo, pero a veces la gente lo confunde y piensa que eres tonto. Igual lo soy. Reivindiqué ciertas cuestiones, pero no sólo para mí. Y es curioso: me dicen que las encuestas eran favorables a mí, los gritos del público sobre un entrenador tampoco eran mayoría, como pasa en todos sitios... la prensa, excepto cuatro o cinco fundamentalistas... Pero no quiero hablar de ese entrenador. Al final el que se queda aquí soy yo.

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