-Estamos ante una semana clave tanto para el Sevilla, que puede lograr su pase a la Liga de Campeones y conquistar el título de Copa, como para usted, ya que el próximo jueves sabrá por fin si disputa al Mundial...
-Es una semana muy importante, de las más decisivas de mi carrera. Vamos a ver si logramos nuestro objetivo, que es meternos en Champions, y luego ganar la Copa. Entrar en la lista definitiva del Mundial sería ya el colmo. Nos estamos jugando mucho, son partidos muy importantes y a título particular pueden cambiar la idea del seleccionador, aunque creo que tiene ya las ideas muy claras. De todos modos, vamos a ver si esas posibles dudas que pudiera tener logro llevarlas a mi favor con mi juego.
-El sábado visitan al Almería, un equipo al que conoce bien y que ya tiene la permanencia asegurada. Durante estos días se está hablando mucho de la buena relación entre ambos clubes, de que el Sevilla es favorito... ¿Qué le parece todo esto?
-Lo que sé es que será un encuentro muy difícil para nosotros. Está claro que ellos no se juegan nada pero ya el otro día le pusieron muy difíciles las cosas al Tenerife, que se jugaba la vida. Ahora querrán acabar bien la temporada ante su afición, después de haber hecho un año bueno, y no van a ponernos fáciles las cosas.
-¿Cree que en este deporte puede haber tanto hermanamiento como se está comentando?
-Bueno... Yo no creo en esas cosas. Creo más en eso fuera del fútbol. A nivel de presidentes, de directivas... no sé. En el fútbol no hay hermanamientos. Nunca se sabe lo que puede pasar. Hay jugadores que siempre quieren ganar y los del Almería son así. Será un partido complicado.
-La derrota del Mallorca ha dejado al Sevilla con el pase a la Liga de Campeones en la mano. ¿En algún momento se plantean la posibilidad de desperdiciar esta gran oportunidad?
-La verdad es que no. Quedarnos fuera de la Champions sería un fracaso para nosotros. Lo que deseamos todo el sevillismo es disputar esa competición la próxima temporada. El club ha hecho una aportación muy grande para lograr ese objetivo, para estar arriba, y hay que luchar hasta el final. Ahora tenemos la clasificación en la mano y de nosotros depende.
-¿Ve al equipo preparado para lograr los dos retos?
-El equipo tiene dinámica ganadora. Iremos a ganar a Almería, porque nos estamos jugando la vida y vamos a intentar traernos la Copa para que la gente disfrute y para seguir haciendo grande al club. Y también está lo de la selección. Quiero demostrar al técnico que puede contar conmigo.
-Desde la llegada de Antonio Álvarez el equipo ha alternado triunfos y derrotas pero se aprecia un cambio en todo lo que le rodea, no ya sólo por tener el objetivo a tiro sino por el ambiente, por el respaldo sin debates...
-Sí, la dinámica es otra. Siempre lo he dicho también: no hay que echar toda la culpa al entrenador; nosotros tenemos el 50% de culpa de lo que pasó. Lo que ocurre es que siempre es más fácil echar a uno que a veinticinco. Pero son circunstancias, el fútbol es así. Ha llegado Antonio y las cosas han ido a mejor para el sevillismo. Lo que queríamos era estar delante del Mallorca antes de la última jornada y lo hemos conseguido.
-A nivel personal, con Álvarez ha tenido minutos y ha marcado goles, aunque también ha escuchado algunos silbidos. ¿Le estimula oírlos? ¿Le duele?
-Hombre, te estimula pero también te duele que el público te silbe. La verdad es que ese día se me cayó el mundo encima. En un club donde me siento a gusto y en el que quiero estar, que la gente te silbe cuando entras al campo la verdad es que no es bueno. Pero en fin, son sus decisiones. Los aficionados pagan la entrada y pueden hacer lo que quieran. Yo como como aficionado no pitaría nunca a un jugador de mi equipo.
-¿Cree que esto es algo que forma parte del fútbol, que siempre habrá quien piense que puede hacerlo mejor?
-Sí. Nunca puedes gustar a todo el mundo, está claro. Siempre habrá gente que aunque hagas el mejor partido del mundo te va a seguir criticando. Está a la orden del día y yo ahí no entro. Yo entro en que tengo trabajar diariamente y en seguir la misma línea que me ha llevado hasta aquí. Y de aquí quiero llegar más arriba.
