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Neocons a la deriva

Todos los habitantes de la tierra nos hemos hecho la misma pregunta durante los últimos ocho años: "¿cómo ha llegado George Bush a ser presidente de EE.UU? Y también hemos compartido una aseveración: "Ha sido el peor presidente de la Historia". El problema es que el llamado líder del mundo libre, el jefe del Imperio también reina sobre nuestras cosechas...

el 15 sep 2009 / 17:21 h.

Todos los habitantes de la tierra nos hemos hecho la misma pregunta durante los últimos ocho años: "¿cómo ha llegado George Bush a ser presidente de EE.UU? Y también hemos compartido una aseveración: "Ha sido el peor presidente de la Historia". El problema es que el llamado líder del mundo libre, el jefe del Imperio también reina sobre nuestras cosechas y terruños. Siempre ha sido así, pero desde que la tierra es plana, según se encargó de demostrar Thomas Friedman, mucho más.

Las claves más relevantes se encuentran detrás de unas siglas: PNAC, que se correponden con el llamado Proyect for the New American Century, o sea, el proyecto para el nuevo siglo americano. Un grupo de necons que dan miedo se encargó hace 12 años de poner en pie un poderoso lobby que trabajara para que el siglo XXI discurriera bajo el poder político, económico y bélico de los EE.UU. Sabían que el siglo XX ya había transcurrido bajo este signo, pero venían apreciando una degeneración progresiva en todos sus conceptos y se pusieron manos a la obra.

El PNAC cuenta entre sus fundadores con gente tan prestigiosa como Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, Jeb Bush, Perle o Richard Armitage. A todos los habrán visto merodear, mandar o influir en los alrededores de la Casa Blanca, las grandes corporaciones beneficiadas por su poder benefactor o en los escenarios destruidos por su poderío militar, esos países desgraciados en los que entran los buitres cuando se marchan los tanques.

Ya saben, los nombres clásicos del poder empresarial norteamericano: Halliburton (de la que Cheney era accionista), Exxon Mobil o Chevron Texaco. De los jefes de la banda, quizás sea Armitage el que les suene menos. Les ilustro: experto en misiones imposibles en Vietnam y Camboya, adiestrador de soldados para emboscadas e interrogatorios digamos poco edificantes, un hombre enfrentado a Colin Powell por considerarlo poco menos que un pacifista neohippy.

Cualquiera sabe qué pensará de él tras haber expresado su apoyo a Obama. Es más ¿han visto alguna foto de Armitage? Busquen y miren. De Perle sólo diremos que su apodo es 'El príncipe de las tinieblas' y entre otros méritos, ha sido invitado a España por la FAES de Aznar para explicarnos de qué va esto de dominar el mundo. El resto de matones son suficientemente conocidos por sus hechos y diatribas aunque han de saber que la mayoría fueron troskistas anti estalinistas devenidos comunistas antiliberales hasta terminar abrazando la fe del neoconservadurismo atroz ¡La gente tan curiosa que produce Estados Unidos!

La dominación de la tierra, el espacio y el ciberpespacio que pretendían los malos de la PNAC necesitaba del títere preciso, con apellido de presidente americano y lo suficientemente torpe como para dejar hacer a quienes de verdad mandan. Lean el principio inspirador del PNAC: "Un anteproyecto para mantener la preeminencia de EEUU, excluir la emergencia de una gran potencia rival y redibujar el orden de seguridad internacional de acuerdo con los principios e intereses estadounidenses".

Estas cosas no las ha escrito el guionista del Capitán América, sino la gente que ha detentado el poder del mundo durante ocho años, hoy a punto de irse a por tabaco. A partir de ahí es fácil explicarse muchas de la cosas que han ocurrido: la vesania de la guerra de Irak, la ruptura del multilateralismo, la imposición de una filosofía religiosa-moral fundamentalista en el gobierno de la cosa pública y un aislamiento absoluto de los EE.UU respecto a la opinión pública mundial. Sin embargo, leyendo los fundamentos de los neocons aún hay que agradecer que la cosa no haya ido más lejos: "En la actualidad, EEUU no tiene rival a escala global.

La gran estrategia de EEUU debe perseguir la preservación y la extensión de esta ventajosa posición durante tanto tiempo como sea posible [...]. Nuevos métodos de ataque -electrónicos, 'no letales', biológicos- serán [utilizados] lo más extensamente posible; los combates igualmente tendrán lugar en nuevas dimensiones: por el espacio, por el ciberespacio y quizás a través del mundo de los microbios; formas avanzadas de guerra biológica que puedan atacar a genotipos concretos pueden hacer del terror de la guerra biológica una herramienta políticamente útil." Fíjense que son malos de verdad, gente terrorífica. Borges les habría dedicado un capítulo entero en su historia universal de la Infamia, junto a Lázaro Morell y la viuda Ching.

Ya sabemos por qué Bush llegó a ser presidente durante ocho años. Pero lo más interesante es comprobar que a los neocons les ha salido todo mal: Irak sigue siendo un desastre, no tienen fuerza ni moral ni política en la comunidad internacional y para colmo se despiden regalándonos un crac como el del 29. Si entran en su web y se leen sus documentos, además de garantizarse un buen rato de espanto, observarán que las últimas publicaciones están fechadas en abril de 2005: ¡hace más de tres años! Éstos están hundidos y saciados a la vez, no les quedan más ganas de imperialismo: ya han hecho la guerra y la caja. Aunque siempre habrá que estar vigilantes porque cuando el clima sea propicio reaparecerán bajo otros ropajes.

Ahora, confiemos en que gane Obama, aunque habrá que aguardar a que se recuente la última papeleta-mariposa, no sea que le ocurra como a Al Gore, que le robaron las elecciones y se tuvo que hacer padre del cambio climático para que Aznar, nuestro incombustible neocon español, le niegue mil veces antes de cantar el gallo y demostrando cómo canta la gallina.

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