Cultura

Nerea Barros: «Las mujeres lucharon como jabatas para salir del sótano»

La serie 'El tiempo entre costuras' le abrió las puertas a proyectos como 'La Isla Mínima', de Alberto Rodríguez, que ha protagonizado uno de los mejores arranques españoles de la temporada en taquilla.

el 08 oct 2014 / 16:00 h.

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Asegura que antes de embarcarse en este rodaje se había visto todas las películas de Alberto Rodríguez, al que «venera». Y que su personaje, su Rocío, es un espejo de lo que sufrían las mujeres en aquella España que salía de la dictadura. Sevilla 25/09/2014 La Isla Minima. Nerea BarrosFOTO: Pepo HerreraAl margen de la televisión, ¿ha sido La Isla Mínima su primer gran proyecto en el cine? Pues sí, aunque la verdad es que llevo trabajando más tiempo en el cine que en la televisión. Soy gallega y allí he trabajado mucho, he hecho cine desde que tengo 15 años, pero es muy difícil la distribución en este país, así que he trabajado en pelis que han ido por muchos festivales. De repente me llegó esta oportunidad por un casting que hice sin saber que era para Alberto Rodríguez  y menos mal, porque si no me hubiese puesto histérica, y cuando me dieron la noticia fue espectacular. Con esta película me ha tocado la lotería: he descubierto una tierra increíble, una gente maravillosa, y no es peloteo, de verdad, que me quedaba días en los que no tenía que rodar sólo para ver el rodaje y poder disfrutar de esta tierra, que a pesar de estar tan lejos me recuerda muchísimo en la autenticidad que tiene su gente a la autenticidad que tiene la gente gallega, que no tienen vueltas. Y luego la película, que ha sido un sueño hecho realidad. Su personaje es quizás el más triste de todos en un ambiente general de gran tristeza. Claro, Alberto tiene una capacidad brutal para definir a los personajes y autentificarlos, con muchísimos planos y aristas, él siempre te los define y te los da por guión, y luego a ti te da todo el campo libre para poder generarlos y que sean muy completos. Esta mujer representa a la mujer de este país en ese momento, con su dolor y su fragilidad. No hay nada más grande que el dolor de unos hijos, porque eso lo reconocemos, yo lo he visto en la mirada de mi madre y en muchas madres que han pasado por mi vida, de cómo se resignan, se someten y trabajan como jabatas para sacar a sus hijos adelante, para que tengan un futuro diferente al suyo. Si eso desaparece te cortan la vida, te cortan el corazón en pedacitos, en ese sentido este personaje tenía que ser el más doloroso. La Nerea persona es hija de la lucha de la Nerea personaje, ¿no? Exactamente, yo admiro muchísimo a mi madre y he sacado partes de Rocío de mi propia madre, de ese amor, de esa generosidad absoluta, de ese gesto del ser humano tan luminoso que es tener hijos y quererlos así, de esta manera. Y luego esa fuerza, yo admiro mucho a mi personaje Rocío, tiene esas dos vertientes, es una mujer que se resigna, que aguanta, que levanta una familia y para mí es una heroína, una jabata, le da igual todo. Si España estaba entonces en el submundo, la mujer era el sótano de ese submundo... El sótano, totalmente. Las mujeres estaban en España en el sótano pero lucharon como jabatas para salir de él, aguantaban lo que no está escrito, labraban la tierra, pescaban y hacían lo que hiciese falta para levantar una familia, son heroínas detrás de la puerta de una casa. ¿Cómo afronta una gallega un personaje en una zona del sur tan reconocible? Me ha ayudado el que los gallegos somos también como en Andalucía, muy de tierra, de tradición, de familia, de autenticidad, que es a lo único a lo que te puedes agarrar. A mi personaje la arrancan de su casa enamorada y se la traen a una tierra desconocida donde está sola, está perdida y no tiene nada a lo que agarrarse salvo sus hijas, porque su marido también se ha perdido por lo que le ha ido ocurriendo en la vida. ¿Siendo mujer su personaje lo que le queda ya es el luto para toda la vida, la muerte en vida? Pues sí, y en Galicia pasaba exactamente igual: mi madre era una chica de 18 años que quería estudiar, pero murieron sus abuelos y la encerraron en su casa, después de cuidar a sus abuelos, y la vistieron de negro hasta los 25 años. ¿Y cómo le ha ido a una gallega en un paisaje como las marismas? Yo he alucinado. Cuando leía el guión ya me preguntaba pero dónde van a rodar esto, era algo que no podía comprender, y superó mis expectativas. Y los cambios de temperatura, la humedad, me recordaban mucho a Galicia, en Isla Mayor yo estaba más feliz que una perdiz, y de arroz me he llevado todo lo que he podido para Galicia, es el mejor arroz de España. Y el arroz con pato me ha encantado, me he puesto gocha. ¿Gocha? Que me he puesto como el Quico, vamos.

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