Nerea de Tena Álvarez (19 años, natural de Las Palmas y estudiante de Tercero de Publicidad) es delegada del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus), órgano de representación estudiantil que el próximo marzo cumple 30 años. Pero las cosas han cambiado mucho en estas tres décadas: los estudiantes de aquellos ochenta que se convocan por el teléfono fijo con consignas para evitar ser interceptados han dado paso a los universitarios que se comunican por WhatsApp a través de Smartphone. Pero también hay algo que los diferencia: aquellos estudiantes tenían un compromiso ideológico muy fuerte. Los del siglo XXI empiezan a despertar tímidamente gracias a la crisis y a movimientos como el 15-M.
-¿Qué le animó a ser delegada del Cadus?
-Para entrar en la delegación del Cadus hay que haber sido delegado de tu centro. Yo entré en la delegación de Comunicación porque veía que estaba solo centrada en mi carrera y que la Universidad tenía muchas más actividades. Quería aprovechar la oportunidad. Una vez dentro de la delegación del centro te das cuenta del panorama que hay.
-¿Y cuál es ese panorama?
-Ahora mismo se está llevando a cabo la Estrategia Universidad 2015 que es una segunda parte de Bolonia. En general, todo este proceso ha sido una privatización progresiva de la Universidad, en la que van reduciendo las posibilidades de acceso. Además de este asunto están los temas de financiación, de tasas, de gobernanza... Pero se podría resumir todo en que el acceso a la Universidad se está reduciendo considerablemente.
-¿Cuántos de sus compañeros conocen esta denuncia?
-Gran parte la conocen. En el Cadus hemos llegado a la conclusión de que hay un sector de los estudiantes movilizado pero que aún nos quedan más que concienciar sobre la situación actual de la universidad.
-¿Qué grado de responsabilidad tienen en que ese mensaje no llegue, no esté entre las principales preocupaciones de muchos de sus compañeros?
-Ésa es una manera de verlo. Esto es como cuando diseñas una campaña de publicidad y compruebas que no tiene efecto en el público. No sé si es la construcción del mensaje o si es el panorama actual. Con el 15-M, sin embargo, se ha sacado a mucha más gente y esto ha repercutido en los estudiantes. Los ha concienciado. Se empezó a hablar de otro tipo de cosas. Ya no se estaba en la burbuja de yo y mis cosas.
-¿Qué falla entonces para que no se consiga la movilización estudiantil teniendo en cuenta que según ustedes está en juego el futuro de la Universidad?
-Los estudiantes sí están movilizados. Se vio el pasado 17 de noviembre, cuando entre 5.000 y 6.000 estudiantes salieron a la calle contra Bolonia. Después vino el periodo de exámenes y ahora se está volviendo a recuperar la llama de la movilización de entonces. Tenemos que volver a la calle y decir que aquí estamos los estudiantes.
-¿Qué le pide el Cadus al nuevo rector que salga de las elecciones de la semana que viene?
-Hemos tenido varias reuniones con el rector y es consciente de la situación. Hay que frenar la privatización de la Universidad. El candidato lo lleva en su programa: un acceso igual para todos. También le planteamos el asunto del sufragio universal. Es verdad que hay una reforma universitaria en la que se plantea que el rector no sea elegido por los universitarios sino que sea como en una empresa, pero el sufragio está en muchas otras universidades españolas y eso creemos que perfectamente puede entrar en la Universidad de Sevilla.
-En la Olavide, con el sufragio universal votó un 1,2%, es decir, 120 estudiantes de los más de 10.000 que hay. En las elecciones al Cadus, hubo centros con candidaturas unipersonales en las que se registró un único voto. ¿Qué análisis hacen de la participación de los estudiantes?
-Es verdad que hay que incitar a la participación, y no solo cuando hay que votar. Por eso le pedimos al rector una lista de distribución. Representamos a 70.000 estudiantes pero no tenemos acceso a ellos. Podemos recibir todas las tomas de posesión pero nosotros, que somos los representantes de los estudiantes, no podemos informarles de las reformas universitarias que hay. Es un punto a valorar.
-¿Es necesario hacer un poco la autocrítica?
-Sí, claro, pero igual que en cualquier otra movilización.
-¿Cuáles son los argumentos que os dan otros compañeros para no movilizarse?
-Quizás hay un poco de pasotismo pero el movimiento estudiantil tiene ciclos, en unos está más tranquilo y en otros más despierto. Ahora se está encendiendo otra vez la llama. No sé si se trata tanto de hacer autocrítica como de ir mejorando.
-Ahora se van a cumplir 30 años de la constitución del Cadus. Entonces hubo una movilización histórica en la que daba igual que se fuera de centro, de izquierda... salió toda la Universidad a la calle...
-Era otro contexto. Se acababa de salir de una dictadura.
-¿La diferencia es que no hay una dictadura?
-No hasta ese punto. Cada vez hay más participación pero creo que no son situaciones ni contextos comparables.
-¿Había entonces más compromiso ideológico?
-Claro, y además estaba muy marcado en todos los estudiantes que participaron.
-¿Hace falta recuperar ese compromiso político, entendiendo por político no un apoyo a ningún partido concreto?
-Sí, y se está viendo con todo lo que está pasando. Ahora se está creando el contexto necesario para que haya un mayor movimiento estudiantil.
-¿Confían en recuperar la vitalidad de hace 30 años?
-Sí, e insisto: se está viendo.
-¿Una participación de los estudiantes en las elecciones a rector por debajo de un 10% sería un fracaso?
-Para nada. Estamos hablando de que vota solo el Claustro. Los estudiantes somos un porcentaje pequeño dentro, somos 93 miembros en un total de casi 300.
-¿La Universidad prepara para salir al mercado laboral? ¿Perciben los estudiantes que la salida laboral está fuera de España?
-Hay un poco de todo. Hay gente que piensa irse y otra que no. Pero yo no detecto todavía ese grado de pesimismo quizás porque en mi caso por ejemplo estamos aún en el ecuador de la carrera.