El Gol Norte hizo un repaso de la trayectoria europea de su equipo el pasado año a través de varias pancartas.
El Ramón Sánchez-Pizjuán inauguró ayer su 17ª temporada en Europa (el club en total lleva 18, pero la primera, 1957-58, tuvo al Estadio Nervión como escenario) con la misma melodía que sus aficionados se hartaron de escuchar en la apoteósica temporada pasada. El himno de la Europa League es precioso. Y la competición, sentimentalmente, está muy unida al sevillismo.
Faltaría más. Después de décadas entre los mediocres sin que el sevillista asumiera tal condición, la UEL (antigua UEFA) le ha dado al conjunto hispalense días de gloria irrepetibles y multitud de hazañas que pasarán de generación en generación. El Sánchez-Pizjuán le tiene cariño al paragüero. Y aunque muchos echan de menos cambiar de CD para que suene el himno de la Champions League, Nervión se gusta en Europa, sea donde sea, sea ante quien sea.
El de ayer no fue el estreno de este Sevilla en Europa. Ya debutó en Cardiff sin pena ni gloria. El sevillismo evidenció ayer que ya tiene olvidado aquel mal día ante un rival que parecía un misil y otros equipos han descubierto como asequible. En cuanto suena el himno del Arrebato y la ya mencionada melodía de su competición fetiche, la Bombonera de Nervión se transforma.
Quizás ayer no hubo tan buena entrada como frente al Getafe, pero el coliseo sevillista presentó un magnífico aspecto y, sobre todo, un ambiente de lujo para recibir al campeón ante un histórico de Europa como el Feyenoord. Fue además el día elegido por Emery para vestir de corto a Stephane Mbia, el ídolo de Nervión desde aquel testarazo para la historia en Mestalla.
Tan repleto de honores estuvo el recibimiento al Sevilla que el siempre original Gol Norte estuvo casi diez minutos repasando el largo transcurrir del equipo por la Europa League 2013-14. Hasta siete pancartas por orden cronológico se pudieron leer: 01-08-2013: abran paso al campeón, 19-09-2013: demostración de afición (por la invasión a Estoril), 20-02-2014: orgullo ultra (por la visita a Maribor), 20-03-2014: eterno superior (por la remontada en el Villamarín), 10-04-2014: la casta del campeón (por la goleada al Oporto), 01-05-2014: dicen que nunca se rinde (por el gol de Mbia en el 94 en Valencia) y 14-05-2014: volviste a ser nuestra. El destino quiso que cuando se replegaba la última pancarta, Krychowiak marcara el 1-0.
La gente tenía ganas de diversión. Vitoreó a Mbia, se lo pasó en grande con las intentonas de Deulofeu y aplaudió a un voluntarioso Reyes, ídolo para siempre en Nervión y señalado por Unai Emery por su falta de implicación en la causa. Pocas veces se le ha pitado al utrerano en el Sánchez-Pizjuán, la verdad. Y ayer no hubo motivos.
La ilusión que despierta la Europa League entre el sevillismo quedó patente ayer. La Champions será más importante, dará más dinero y repercusión mundial, pero esta competición gusta en el Sevilla. Ni siquiera haberla ganado tres veces aminora la ambición en la presente edición. Ayer el público se lo dejó claro a los jugadores y estos a la grada. La ilusión es generalizada. Otra vez.
