N.I.C.R / J.R.
El consejero de Empleo de la Junta de Andalucía cree que nadie puede asignar al trabajador los males actuales de la economía.
-¿Cómo valora la recomendación del gobernador del Banco de España de eliminar las cláusulas de revisión salarial y moderar los sueldos para evitar que la crisis se agrave?
-Desde el respeto a la solvente opinión de Fernández Ordóñez, no puedo estar de acuerdo en este caso con las reflexiones que realizó en referencia a la actual situación. Todos sabemos cuál es el nacimiento de esta crisis financiera y dónde está su origen, y nadie puede decir que el factor trabajo, o mejor dicho, los costes del factor trabajo estén en la raíz del problema. No creo que frenar en seco el crecimiento de los salarios, con los actuales niveles de inflación, sean precisamente una motivación al sostenimiento del consumo. Y las empresas, precisamente, es lo que menos necesitan en estos momentos: tener trabajadores menos productivos por sufrir una caída de su poder adquisitivo, y ver disminuido en cascada el consumo.
-Salvo esa cláusula ¿de qué otras herramientas dispone el trabajador para protegerse frente a la inflación?
-La cláusula de revisión es básicamente la herramienta más garantista, aunque la negociación colectiva puede ser muy enriquecedora y abordar otras compensaciones para el trabajador que no sean meramente las salariales. Los últimos datos del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales, cerrados el pasado mes de septiembre, indican que aproximadamente el 75% de los trabajadores andaluces tienen convenios colectivos que incluyen cláusulas de revisión salarial. Lo cual es una garantía en la actual coyuntura, en la que los salarios andaluces están creciendo a un ritmo anual del 3,39%, mientras la inflación ronda el 5%. Por eso insisto en que el crecimiento salarial no está en la base de la actual problemática.
-¿Considera que estas medidas lograrían amortiguar el fuerte incremento del paro?
-Como le comentaba antes, no creo que los salarios estén en la raíz del problema, ni que su rebaja o la flexibilización sin más de las condiciones laborales, como el abaratamiento del despido, sean una garantía para frenar una crisis de origen financiero.
-La flexibilidad se equipara erróneamente a temporalidad, según Fernández Ordóñez. A su juicio, ¿cuáles podrían ser las fórmulas para flexibilizarlo sin caer en precariedad?
-Supongo que pudo referirse, quizás, al concepto comunitario de la flexiguridad o flexiseguridad, como preferimos denominarlo en Andalucía, donde iniciamos hace varios años estudios de los que esperamos resultados a corto plazo, adelantándonos a la propia CE, que en diciembre tiene previsto aprobar su informe final sobre la materia. Nosotros hemos concluido que la competencia internacional ya no permite mantener formas de gestión "tradicionales y funcionales", y que es necesario aplicar políticas de, digamos, adaptabilidad de los trabajadores a las necesidades de las empresas. Pero esta adaptabilidad no puede basarse en flexibilidad sin más, todo lo contrario. Debemos fomentar un estilo de dirección participativo y que, sobre todo, sea capaz de obtener talento organizado de una plantilla motivada, cualificada y capacitada, cualidades que exigen un empleo de calidad que compatibilice la exigencia de los mercados con la seguridad que reclaman los trabajadores. Se trata de garantizar esa seguridad en el empleo y unos mínimos laborales favorables.
-¿Qué parte de responsabilidad asumen Administración y empresarios?
-No puedo responderle por la parte empresarial. Sí por la que me toca, la de la Administración autonómica. Y nuestro empeño en los últimos cuatro años ha sido no sólo "predicar" la calidad en el empleo, sino con el ejemplo con incentivos muy elevados a la contratación indefinida y políticas sostenidas de igualdad de género y de fomento del empleo estable. La actual situación no nos va a hacer cambiar estas políticas, todo lo contrario.
-¿Es hora de flexibilizar el despido como propone el presidente de la CEOE?
-Sinceramente, no sé en qué puede contribuir a mejorar la actual situación una medida de esas características. Piense que el sector de la construcción es una de las actividades que mayor flexibilidad tiene en sus relaciones laborales. Sin embargo, eso no ha evitado que sea en estos momentos el que más sufre el incremento del desempleo.
-¿Aún es posible el pleno empleo?
-Sé que no es políticamente correcto manejar conceptos como éste en estos momentos, pero yo sí lo creo posible. Este objetivo figura en un lugar destacado de nuestro Estatuto de Autonomía.