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Ni en la universidad estarías a salvo

Había una vez un joven hondureño de 22 años llamado Pedro Magdiel Muñoz Salvador. Podría estar junto con sus amigos en un bar o en una sesión de estudio. Podría encontrarse disfrutando de la vida como cualquier hijo de vecino. Pero no es posible. Está muerto.

el 16 sep 2009 / 06:52 h.

Había una vez un joven hondureño de 22 años llamado Pedro Magdiel Muñoz Salvador. Podría estar junto con sus amigos en un bar o en una sesión de estudio. Podría encontrarse disfrutando de la vida como cualquier hijo de vecino. Pero no es posible. Está muerto.

El viernes 24 de julio, Pedro se dirigía hacia la frontera con Nicaragua, junto a muchos compatriotas que aspiran al regreso de Zelaya. Lo detuvo el ejército, el mismo que manifestó no disparar contra sus compatriotas. Al día siguiente encontraron su cuerpo cerca de un destacamento policial fronterizo. Tenía 42 puñaladas y signos evidentes de tortura. En efecto, no le dispararon.

Tal vez Pedro Magdiel no habría tenido mejor suerte entre los muros de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Las fuerzas del orden han entrado, disparado, asediado y golpeado a estudiantes, profesores y rectora, demostrando en suma que la razón del gobierno y la jerarquía que llega hasta el soldado y el policía se llama terror.

Lo siento profundamente amigo Pedro, por ti, por quienes tanto te quieren y quedan para llorarte y por quienes soñamos y trabajamos por un mundo sin las múltiples versiones Michelettis.

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