La quinta plaza lograda finalmente por el Sevilla no puede considerarse un fracaso por mucho que el objetivo trazado por Del Nido el pasado verano fuera la Liga de Campeones, de cuya pelea se descabalgó el equipo a las primeras de cambio.
El nivel de exigencia de este club ha crecido de manera exponencial en los últimos años, de ahí que hoy tampoco pueda considerarse un éxito el hito de clasificarse para la Europa League y pasear el nombre del Sevilla por Europa por octavo año consecutivo, y eso que antes de esta racha que arranca con la clasificación para la UEFA en la 2003/04 –que fue celebrada por todo lo alto en la Puerta de Jerez–, el Sevilla sólo se había clasificado ocho veces para torneos continentales.
Decepcionante quizá sea el término que más cuadre con el papel hecho por este Sevilla FC que, entre 1961 y 2006, sólo logró mejorar en una ocasión esta quinta plaza (tercero en 1970) y que en la Liga vivió su época dorada en los años cuarenta y cincuenta, cuando logró su único título y hasta cuatro subcampeonatos que ni los recientes éxitos pueden hacer olvidar.
