Economía

"Ni me doman ni doblan ni domestican"

Casa Real, Gobierno, patronal y partidos elogian la firmeza de Marcelino Camacho

el 29 oct 2010 / 20:10 h.

El Príncipe de Asturias y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ante el féretro de Marcelino Camacho.

La muerte de Marcelino Camacho supone la desaparición de un referente de la lucha política y social de la izquierda. Fue preso político en el franquismo, líder de CCOO en la primera década de la democracia y hombre clave en varios acuerdos sociales durante las etapas de gobierno de UCD (Pactos de La Moncloa) y con Felipe González en el PSOE.

"Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar". Éste fue el lema de Camacho, que refleja la lucha por las libertades y la democracia que mantuvo este sindicalista, reconocido también por su capacidad negociadora en los primeros acuerdos laborales de este periodo.

Un lema que él mismo recordó en su última intervención pública, en el homenaje que se le rindió en noviembre de 2007 en el que recibió el reconocimiento unánime de Gobierno, partidos, sindicatos y patronal.

Nacido el 21 de enero de 1918 en Osma la Rasa (Soria), era hijo de un guarda agujas. Se afilió al PCE en 1935 con 17 años y en la Guerra Civil combatió del lado republicano.

En marzo de 1939 fue detenido en Madrid y fue encarcelado en Toledo, de donde escapó para volver a ser encarcelado. Salió en libertad provisional tres años más tarde y fue obligado a hacer el servicio militar y trabajos forzados y después destinado en Tánger. Se fugó al Marruecos francés y de allí a Argelia. En Orán fue refugiado político hasta 1957 y aprendió el oficio de fresador.

En el exilio continuó su actividad sindical dentro de la CGT francesa. En 1954 fue recluido en Argelia, después fue expulsado de ese país y marchó a Francia, que también lo acabó expulsando. Regresó a España en 1957 y comenzó a trabajar en los talleres de la empresa Perkins Hispania y retomó su labor sindical. Elegido miembro de Comisión Obrera Provincial del Metal (primera comisión obrera de Madrid), fue detenido en 1966 cuando iba a entregar firmas al Ministerio de Trabajo. Ingresó en la prisión de Carabanchel en 1967. Cinco años después tras estar fuera tres meses, otros seis años por ser de CCOO.

El 30 de diciembre de 1975 salió de prisión con motivo del indulto real por la proclamación de Juan Carlos I como Rey, aunque volvió a pasar por la cárcel por su pertenencia a CCOO. Ese mismo año fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del PCE y en 1977 responsable del Secretariado de la Coordinadora General de Comisiones y diputado del PCE por Madrid en las elecciones constituyentes de 1977 y reelegido en las generales de marzo de 1979. En febrero de 1981 dimitió como parlamentario en protesta por el Estatuto de los Trabajadores y para dedicarse a su labor sindical en CCOO. En 1982 también presentó su dimisión como miembro de la Ejecutiva del PCE para, según él, "reforzar la independencia de Comisiones". Continuó como secretario general hasta 1987, cuando fue sustituido por Antonio Gutiérrez. Ocupó la presidencia del sindicato hasta enero de 1996.

Esa actividad sindical fue ayer elogiada por todos quienes fueron a su capilla ardiente, instalada en la sede de CCOO, a la que se acercaron el Príncipe Felipe, medio Gobierno, encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero, y representantes de los partidos. Todos dieron su pésame a Josefina, a quien Marcelino llamaba "mi compañera".

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