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Ni Mel, ni Garrido, ni Calderón

Ninguno de los tres técnicos del Betis esta temporada ha sido capaz de sacar al muy mejorable plantel el mínimo exigible.

el 16 abr 2014 / 22:26 h.

Pepe Mel, Juan Carlos Garrido y Gabriel Humberto Calderón, los tres entrenadores del Betis de esta aciaga temporada. / Juan Echeverría - Kiko Hurtado Pepe Mel, Juan Carlos Garrido y Gabriel Humberto Calderón, los tres entrenadores del Betis de esta aciaga temporada. / Juan Echeverría - Kiko Hurtado En el Betis nadie ha estado a la altura de las circunstancias esta campaña. El desastre deportivo está próximo a consumarse y tiene muchos responsables. La mayoría –Bosch, Guillén, Stosic, Mel, Garrido...– ya no están en la entidad por culpa de los errores cometidos que acarrearon sus destituciones, ceses o dimisiones, que de todo ha habido a lo largo de la tortuosa temporada. Tres entrenadores han pasado por el primer equipo a lo largo del curso y ninguno ha sido capaz de firmar unos guarismos medianamente dignos, aunque a Calderón aún le quedan cinco partidos para tratar de maquillar lo que está siendo un decepcionante tramo final de Campeonato, en el que el equipo verdiblanco ha tirado por la borda todas las oportunidades que los rivales le han ofrecido para volver a agarrarse a la lucha por la permanencia. Granada, Elche, Málaga... partidos clave para meterse en la pelea en los que el Betis solo sumó un punto y en los que no hubo arbitrajes excusatorios –más bien al contrario en Elche–, que sí fueron perniciosos ante Celta, Athletic, Villarreal, Barça o Sevilla y han impo- sibilitado que el equipo verdiblanco se haya reenganchado en momento alguno a la lucha por la salvación desde que en la jornada 17, en el debut de Garrido en Anoeta, la permanencia se disparara a 5 puntos, una cifra que solo hizo ir en aumento desde entonces, con muy leves oscilaciones. El análisis de lo que realmente ha ocurrido con el equipo esta temporada –y no de lo que pudiera haber ocurrido si Mel hubiera seguido, Garrido no llega a venir o al Betis le pitan veinte penaltis a favor en cada partido– es que ninguno de los tres técnicos que ha estado al frente del equipo ha sido capaz de sacarle al plantel el mínimo exigido, por mucho que el mismo sea manifiestamente mejorable. Mel estuvo al frente del equipo durante 15 partidos de Liga en los que el equipo solo fue capaz de sumar 10 puntos (0,66 por partido), con un balance de 2 victorias, 4 empates, 9 derrotas, 14 goles a favor y 30 en contra. En sus diez últimos partidos de Liga el Betis apenas sumó dos empates (y ocho derrotas) y acabó siendo destituido tras igualar 2-2 con el Rayo en el descuento, en un choque plagado de errores arbitrales en contra y de sus propios jugadores, pues Rubén Castro falló dos goles cantados para el 3-1 y Jordi lo hizo con estrépito en el 2-2. Faltaban dos jornadas para el parón invernal (Real Sociedad y Almería) y no parecía el momento idóneo para destituir a Mel, pero pesaron más las desavenencias internas con algunos jugadores y buena parte del consejo y las recientes goleadas encajadas ante Sevilla, Barcelona y Atlético de Madrid. El caso es que tras Mel llegó Garrido, que lo tenía ciertamente fácil para mejorar los números de su antecesor, pero fue incapaz. Sumó un punto en cinco jornadas –siguiendo la tónica de las diez anteriores– y fue destituido tras un bochornoso 0-5 ante el Madrid y haber entregado partidos clave ante Almería (0-1) y Osasuna (1-2) en casa. Su promedio fue un horripilante 0,20 puntos por partido. Tras perder con el Almería y justo antes del parón invernal también fue destituido Stosic, en pleno aquelarre de un consejo superado. Cuando llegó Calderón, el Betis estaba a 8 puntos de la permanencia e inmerso en una espantosa racha de 3 puntos de 39 en las 13 jornadas anteriores, pues desde que le ganara al Villarreal en la jornada 7 no volvió a hacerlo hasta su segundo partido, ante el Espanyol en la 22. Claro que tras la derrota en su debut ante el Celta (4-2), el equipo quedó a 10 puntos de la salvación, una distancia que nunca bajó luego de 7 (tras ganar al Levante) pese a que en los 13 partidos con Gaby el Betis ha sumado 11 puntos, casi el triple que en los 13 anteriores pero muy pocos para reengancharse de verdad a la pelea. Especialmente porque Calderón, además, gozó de los refuerzos de Adán, N’Diaye, Baptistao y el mismo Rubén, con los que lleva un promedio de 0,85 puntos por partido. Ganándolo todo sería de 1,44, puede que insuficiente.

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