Economía

"Ni tarde ni pronto, la huelga llega por la pérdida de derechos"

Los líderes de CCOO y UGT Sevilla exponen los porqués de la convocatoria

el 22 sep 2010 / 20:09 h.

La agenda les echa humo. Entre concentraciones de delegados sindicales, actos informativos y reuniones internas, los secretarios generales de UGT y CCOO en Sevilla, Juan Antonio Gilabert y Alfonso Vidán, respectivamente, aprovechan un hueco para explicar las razones por las que llaman a los trabajadores a secundar la huelga del 29-S y analizar el papel de sus organizaciones durante la crisis. Es momento de la reflexión.

Son conscientes de que la popularidad de los sindicatos pasa por sus horas más bajas y del distanciamiento con una parte de los trabajadores, una situación que atribuyen a la "campaña de descrédito y desprestigio" orquestada desde diversos ámbitos y que tiene por objetivo, según Gilabert, "individualizar las relaciones laborales". Para Vidán, obedece a "ciertas directrices" porque si no, no se explica que "en 30 años de democracia no se haya cuestionado a los sindicatos y en unos meses estemos en el punto de mira de todos los ataques".

¿Pero qué responden a quienes creen que la huelga llega tarde después de tres años de crisis y con tanto desempleo? Los líderes sindicales se justifican. "No sé si llega tarde o temprano, pero sí que llega cuando el Gobierno legisla una reforma laboral contra los intereses de la mayoría de los trabajadores", asevera Juan Antonio Gilabert, que abunda en que "si hace dos años había razones para hacerla, ahora hay más" e ironiza con que quienes insistían tanto hace un año y medio en la necesidad de un paro general, ahora se erigen como sus grandes detractores.

Sobre este punto, Alfonso Vidán recuerda que los sindicatos "siempre han convocado huelgas generales cuando un gobierno ha dictado normas contrarias a los trabajadores y que lesionan sus derechos", y apostilla que hasta ahora el Ejecutivo había mantenido las mesas de negociación abiertas con las organizaciones sindicales, pues "todos éramos conscientes de que había que arrimar el hombro". Eso ha cambiado.

Y cuando se les pide que den una razón, sólo una, al trabajador para convencerle de la necesidad de ir a la huelga no dudan. "Si no paramos esta locura, él y sus hijos tendrán peores condiciones laborales y sociales. La gente tiene que ser consciente de que se juega su futuro y de que vivirá peor que hasta ahora", reseña Gilabert. Y Vidán remarca. "Es por la dignidad de los trabajadores, que van a ver sus derechos reducidos al máximo por culpa de la reforma".

Se muestran convencidos del éxito de la convocatoria, que creen que será suficiente para que el Gobierno dé marcha atrás pese al no rotundo que promulga Zapatero. "Todas los gobiernos dicen lo mismo" -replica Vidán-, que recuerda cómo Aznar tuvo que retirar el decretazo en 2002.

¿Pero qué ocurriría al día siguiente en caso de que sea un fracaso? "Alguien puede pensar que sólo pierden los sindicatos, pero se equivocarían", pues además de deteriorarse las condiciones sociales y laborales, advierte Gilabert, "las próximas medidas van encaminadas a retrasar la edad de jubilación a los 67 años".

Los sindicatos instan a conocer en detalle el contenido de la reforma laboral para poder calibrar la respuesta que dar, pues están comprobando cómo, cuando la gente conoce los pormenores, comparte la convocatoria.

¿Pronósticos de apoyo? Más del 75% para UGT y el 80-85% para CCOO. Cifras que, como siempre, darán mucho que hablar al día siguiente.

«A Pastrana se le malinterpretó»

Manuel Pastrana, secretario general de UGT-A sorprendió la semana pasada con un llamamiento a participar en la huelga general a los abuelos, a los que instó a no cuidar de los nietos el 29-S.

Juan Antonio Gilabert considera que sus palabras fueron malinterpretadas "interesadamente" y se mostró totalmente de acuerdo con él. "Los abuelos son el soporte de muchas casas y también tienen que mostrar su descontento con cómo están las cosas".
A juicio de Alfonso Vidán, hay que explicar el contexto en el que se producen esas declaraciones. "Sus palabras hacen referencia a su situación que, como pensionistas, también tienen que reivindicar sus derechos".

Y lanzan un mensaje a la ciudadanía, conscientes de la situación de crisis y de que un día de huelga también se refleja con un pellizco en la nómina. "La gente debe valorar qué es lo que se juega ese día, que no es otra cosa que paralizar las políticas del Gobierno", ya no sólo la reforma laboral -estandarte de la convocatoria-, sino también las medidas de ajuste que está aplicando.

Los sindicatos se muestran satisfechos porque están recabando el respaldo y la comprensión de numerosos colectivos sociales y profesionales, de manera que mientras algunos los apoyan, otros aseguran que darán libertad a sus asociados para hacer lo que mejor les parezca. "Se trata de ejercer un derecho democrático con el que decir que no se está de acuerdo", apostillan.

Liberados sindicales, en cuestión

Las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid abogando por recortar el número de liberados sindicales abrió la última polémica, que ha puesto a este colectivo en el punto de mira, cuestionando su papel. A este respecto, Gilabert reconoce que vive el debate "con preocupación" pues se están cuestionando acuerdos pactados con el Gobierno legítimamente, mientras que Vidán lo incluó en la campaña de desprestigio. "En el 98% de las empresas no los hay porque son py-mes", y recuerda que en muchos casos se pacta con el empresario para mejorar la organización. CCOO tiene en la provincia de Sevilla entre 40 y 50.

 

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