El periodista y escritor Nicolás Salas, que firma hoy en la Feria del Libro ejemplares de su obra 'Sevilla en la posguerra', aseguró que "la iglesia sevillana se enfrentó durante este tiempo a las hermandades y cofradías hispalenses de una manera injusta y absurda, como consecuencia de no haberlas entendido nunca, pues para ser obispo de Barcelona hace falta haber nacido en Cataluña, mientras en Sevilla o en las provincias andaluzas, el Vaticano manda a personas del quinto pino".
En declaraciones a Europa Press, Salas afirmó que "un ejemplo de esto es que el actual arzobispo de Sevilla, Monseñor Asenjo, con las declaraciones que realizó en su día contra las hermandades demostró la osadía de los ignorantes" y manifestó que "éste no tiene puñetera idea de lo que son y han representado para la Iglesia las hermandades y cofradías de Sevilla".
En este sentido, el escritor señaló que, como intenta reflejar en su nuevo libro, el "papel de la Iglesia durante la posguerra fue omnímodo", ya que el concordato de 1953 otorgó "grandes poderes a la Iglesia, que utilizaron de forma torticera". Al hilo de esto, Salas indicó que la situación de orden eclesiástico durante estos años fue analizado por cinco teólogos de la Universidad Pontificia de Salamanca en 1969 y más tarde por el Papa Juan Pablo II.
Además, aseguró que "su poder sobre todo, causó que hicieran y deshicieran a su antojo, creando, además, una sociedad de hipocresía, de falsa religiosidad y espiritualidad y de fariseísmo". Asimismo, recordó las palabras de Dionisio Ridruejo, quien afirmó que "la Iglesia había recibido el poder del Estado para re-cristianizar España, pero tiraniza a media sociedad e idiotiza a la otra parte".
Con respecto al papel de Sevilla en la posguerra, Salas explicó que "en la ciudad andaluza se va a dar el inicio de los principales movimientos sociales del régimen, es decir, con el cardenal Pedro Segura surge el Nacional Catolicismo y con el cardenal Bueno Monreal, el antifranquismo".
En este sentido, apuntó que "el antifranquismo se inicia después del Concilio Vaticano II con El Correo de Andalucía y la dirección del cardenal Bueno Monreal". Así, según aclaró, "la Iglesia española comienza el cambio de actitud respecto al franquismo con el instrumento de la prensa para expresar su pensamiento contrario al régimen".
La posguerra, según el periodista, tiene varias etapas, siendo la primera de ella "los años del hambre". Al hilo de esto, aseguró que durante los cuales "los sevillanos y andaluces se quitaron el pan de la boca para dar de comer a los españoles del norte, un hecho que nunca se ha reconocido y agradecido a éstos".
"ABUSOS Y ABANDONO DEL GOBIERNO"
Por otro lado, el escritor manifestó a Europa Press que "los abusos del Gobierno de Franco con Andalucía fueron terribles". De esta manera, explicó, por ejemplo, que "las exportaciones ganaderas, agrícolas y vinícolas de Andalucía las vendías el Estado, cobrando por ello el dólar a 60 pesetas, pero que esto repercutía en los exportadores a nueve pesetas". "La diferencia se utilizó para industrializar Bilbao, Madrid y Barcelona", dijo.
Otra muestra, según el escritor, es que "una sola empresa de Navarra, durante seis años, obtuvo más créditos oficiales baratos que todas las empresas andaluzas en conjunto". Además, señaló que "la remesa de los emigrantes, en un 70 por ciento andaluces, nunca fueron repercutidas en el bienestar de Andalucía". Sentenció que se dieron "enormes cabronadas e injusticias".
Finalmente, indicó que "durante el franquismo, es decir, 40 años, se construyeron dos puentes en Sevilla sobre el río Guadalquivir, mientras con el socialismo se realizaron 15, lo que demuestra el abandono de Andalucía por el régimen".