Ante ella, el reto de un año diseñado para reivindicar la gestión municipal y preparar una candidatura lanzada desde fuera
–Llega a la portavocía tras una crisis que se ha prolongado seis semanas, ¿cómo se le explica a la ciudadanía lo que ha pasado?
–Se le explica porque somos un partido que soluciona las cosas con el diálogo y el consenso, y eso supone que hay que reunirse, hablar las cosas y llegar a un acuerdo con el que estemos todos a gusto. Y eso es lo que ha pasado.
–¿Pero no ha sido demasiado? Ahora se va el alcalde, ahora no...
–El alcalde lo que planteó en su momento es que no repetiría como candidato, nunca que se fuera. Se ha abierto un debate con eso, pero, a la vista de esa supuesta incertidumbre que se había despertado, en poco tiempo, porque esos días en el calendario al final no son muchos, se ha despejado la incógnita y se han realizado una serie de cambios como consecuencia de la salida de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis a la Junta.
–¿Que el alcalde agotara el mandato era la mejor opción?
–Desde luego, lo decían todos. El alcalde tiene en su cabeza el modelo de ciudad y los proyectos que se están encauzando, y en este último año era fundamental que se concluyera esa magnífica labor.
–Ha sido, en cualquier caso, un tiempo de parálisis, de un gobierno casi congelado.
–No ha existido un parón. Si se ha dado esa sensación ha sido interesada porque no es cierto. Y hay ejemplos. La calle Asunción se ha inaugurado, el jardín americano se ha inaugurado, los Jardines del valle se han inaugurado... ¿Eso es un parón? No, no lo es.
–¿Qué supone esta reestructuración de Gobierno? ¿Hay realmente un cambio?
–No, hay continuidad. El alcalde planteó ajustes técnicos y así ha sido. En Urbanismo la mejor persona para ocupar la delegación y que conoce sus entresijos es Manuel Rey; en comunicación, es un honor para mí porque estoy convencida de que este gobierno va a pasar a la historia por la transformación que ha experimentado Sevilla. Y en el grupo tenemos un magnífico portavoz que lo hará estupendamente.
–El partido quería intervenir, pero este es un gobierno hecho a medida del alcalde.
–El Gobierno lo hace el alcalde contando con el partido, pero le corresponde a él. Él tiene que contar con los mejores. Ése es el origen de la remodelación.
–¿Habrá un giro en algunas políticas en esta última etapa?
–No. Lo que está constatado es que el proyecto y el modelo de ciudad es querido por la ciudadanía, independientemente de que algunas medidas cuando se implementan generan resistencia al cambio. No hay que cambiar el modelo, porque es un modelo triunfador que los ciudadanos reconocen ya como propio.
–Incluso el alcalde lo ha admitido en alguna ocasión, se hacen cosas y falla la comunicación, ¿qué se puede hacer?
–Ese es mi reto. Me lo planteo como una etapa de cercanía para trasladar las cosas que estamos haciendo que son muchas y muy buenas. Tenemos en mente a los ciudadanos y trabajamos por ellos. Si eso no lo perciben los ciudadanos, lo tendremos que hacer ver.
–Y además hay que encajar a un candidato de fuera, ¿tendrá espacio con este Gobierno?
–Estoy convencida de que se coordinará perfectamente. Cuando el partido nombre al candidato, trabajaremos codo con codo para que el PSOE gane las próximas elecciones. De eso no cabe duda.
–¿Y se mejorarán las relaciones con el partido?
–Las relaciones son fluidas. Hay que despejar dudas: no hay problemas con el PSOE. En un partido las personas opinan, y a veces no coincidimos, pero el partido siempre ha estado a la altura de las circunstancias, y esta vez también.
–¿Aún hay margen para reaccionar después de esta última tormenta?
–Hay margen para continuar y culminar. No reaccionar. El Gobierno lleva una buena senda, trabajando todos los días. Y lo que hay que hacer es culminar muchos proyectos que hay mucha expectación por ver finalizados.
