El grupo armado integrista nigeriano Boko Haram ha causado una nueva matanza en el país más poblado de África con al menos 143 personas muertas a causa de la ola de atentados perpetrados ayer por integrantes de esta secta islamista fanática en la ciudad nigeriana de Kano, al norte del país , informó ayer el hospital Murtala Muhammad, el más importante de la localidad.
Un trabajador del depósito de cadáveres del hospital pudo contar hasta 143 cuerpos, víctimas de la cadena de atentados con bomba perpetrados a partir de las 17.00 horas del viernes, hora en la que acabaron las oraciones vespertinas musulmanas, recoge el diario británico The guardian.
Por otra parte, un portavoz de la Cruz Roja de Nigeria, Nwakpa O Nwakpa, señaló que el sábado se seguían recogiendo cadáveres en los lugares de los atentados. "Por lo que dicen, hay muchos afectados, tanto heridos como muertos", declaró Nwakpa.
La Policía Federal de Nigeria reconoce que varias instalaciones gubernamentales fueron asaltadas, entre ellas cinco edificios de la propia Policía, dos sedes del Departamento de Inmigración y la sede regional del Servicio de Seguridad del Estado, los servicios secretos nigerianos, en uno de los pulsos al poder más contundentes de este grupo, cuyo nombre es toda una declaración de intenciones: Boko Haram significa "las enseñanzas de Occidente son pecado" en una de las lenguas que se hablan en Nigeria, país petrolero, multinacional y dividido en una comunidad cristiana al sur y otra musulmana al norte.
Las autoridades declararon ayer tras la cadena de ataques un toque de queda de 24 horas que concluyó anoche. Los vecinos de la ciudad de Kano permanecieron el sábado encerrados en sus casas durante las horas que duraron los combates entre milicianos islamistas y las fuerzas de seguridad nigerianas.
Un portavoz de Boko Haram, Abul-Qaqa, reivindicó el ataque, que considera una respuesta a la negativa del Gobierno a liberar a los miembros del grupo que se encuentran encarcelados.
En este sentido, la milicia islamista se atribuyó la responsabilidad de los atentados.
En unas declaraciones realizadas vía telefónica recogidas por el diario nigeriano The daily trust, Abul Qaqa aseguró que la milicia islamista, que promueve la implantación de la ley islámica en el país, se ha "visto obligada" a reiniciar los ataques después de enviar una carta abierta a finales del pasado año al gobernador de Kano, Rabiu Musa Kwankwaso, advirtiéndole de sus peticiones.
La cadena de atentados -al menos ocho ataques a diferentes objetivos gubernamentales de la ciudad- se cobró la vida no sólo de policías, sino de periodistas y otros civiles, según la policía nigeriana. De momento no hay recuento de heridos, aunque la cifra es en todo caso muy elevada. Como consecuencia de la masacre, el gobierno local impuso el toque de queda en Kano.
Boko Haram nació en 2002 en el norte de Nigeria y en los últimos meses ha protagonizado una escalada de violencia que compromete no sólo el rápido crecimiento económico del país, sino su estabilidad y, dado el peso demográfico y político de la nación, la de sus estados vecinos.
En este sentido, Boko Haram provocó una matanza de 40 cristianos el día de Navidad de 2011 y en el cómputo de víctimas es responsable del asesinato de unas 700 personas, casi tantas como las de toda la Historia de ETA. Pero ninguna de sus matanzas supera a la de este viernes, todo un desafío para un Estado con más de cien etnias e idiomas, 160 millones de habitantes, dos religiones y mucho petróleo, sobre todo en los estados del sur, de mayoría cristiana y de donde proviene el presidente del país, Goodluck Jonathan.