Cultura

Nina: "Llevo once años sin televisor por salud mental"

el 08 abr 2010 / 18:27 h.

–Usted llegó a este musical con la idea de estar sólo seis meses y lleva ya seis años. ¿Por qué?

–Porque Mamma Mía! engancha. Me comprometí sólo a seis meses porque había terminado tres años muy intensos en OT y quería hacer otras cosas. Pero luego me enganchó, igual que ha enganchado al público, y podría estar 20 años. Este musical es como el Barça, que da felicidad. Ése es el secreto de su éxito.

–¿Y no se aburre tras seis años?

–No puedo, porque hago lo que me gusta. Soy afortunada. ¿Cómo me voy a aburrir sabiendo que de 35.000 entradas se han vendido ya 22.000? Si te aburres, lo que tienes que hacer es dejar el oficio e irte.

–¿Qué hará cuando termine?

–Siempre se dice ‘cuando acabe, descansaré un año o dos’, pero luego te llega algo maravilloso, como me pasó con Mamma Mía!, y no puedes decir que no.

–¿Y en estos años no la han tentado con alguna oferta?

–Me salió una cosa bonita para hacer teatro de texto, pero tuve que decir que no, porque no me imagino sin llegar al final de Mamma Mía! Ya que llevo seis años... Eso implica rechazar otros proyectos.

–Usted interpreta el papel de Donna, que encarnó Meryl Streep en la película. ¿Le gustaría también llevar este musical al cine?

–Me hubiera encantado. Después de seis años, ya puedo decir que conozco muy bien a mi personaje.

–¿Los musicales son un éxito porque no se pueden descargar?

–El teatro no se puede piratear. Es algo vivo, único e irrepetible. Vas a ver una función y mañana no verás lo mismo, porque ni tú ni yo vamos a estar igual. Pero hay otro aspecto importante. Por un lado, el teatro musical no pertenece a nuestra tradición cultural. En EEUU el primer musical fue en 1886. En España, a finales de los setenta. Aun así hemos adoptado este género y se empieza a fidelizar un público. Pero esto no es gracias al azar, sino a unas empresas que han arriesgado su dinero, porque es un género carísimo.

–Daniel Diges formaba parte del reparto de Mamma Mía! ¿Le animó a presentarse a Eurovisión? ¿Le ha dado algún consejo?

–Lo de presentarse fue idea suya. Días antes de actuar estaba muy nervioso y me dijo: “Nina, cómo se hace para no estar tan nervioso”. Yo no soy muy dada a dar consejos, no me gusta, pero si se me piden... Le dije que pensara en su niño y que fuera a pasárselo bien.

–¿Volvería a Eurovisión?

–Nunca se puede decir de esta agua no beberé. En principio no, más que nada porque no hay música en directo y no se puede cantar con una gran orquesta como lo hice yo. Creo que se da más importancia a la puesta en escena y a todas esas cosas, cuando realmente es un festival de la canción. Pero este año estoy feliz, no sólo porque Dani es compañero, sino porque el tema es hermosísimo y el mensaje que manda es precioso. Ya está bien de frikadas y de tonterías. Creo que va a ganar.

–¿Ha perdido categoría el festival desde que se presentó?

–Bueno, está en la línea del espectáculo que ofrecen las televisiones de todo el mundo. Aunque yo tampoco sigo tanto la televisión. Hace once años que no tengo tele.

–¿Se puede vivir sin televisión?

–Se debe vivir sin televisión. Se vive de maravilla. Pero sigo lo que se ofrece y sé lo que hacen por el mundo. La tendencia es hacer un espectáculo poco recomendable para la salud mental. Y Eurovisión ha seguido en esa línea de ir al panorama más esperpéntico.

–¿Hacen falta más programas como el Un, dos tres?

–Bueno, no soy ninguna experta. No sé lo que hace falta, pero intuyo que sería bueno que quienes programan tengan un pelín más de conciencia de que la televisión es una herramienta educativa.

–¿Volvería a la televisión?

–Me encantaría. Claro.

–¿Usted reniega de OT como algunos de sus concursantes?

–Yo no. ¿Ellos reniegan?

–En general, a los de la primera edición no les gusta que los llamen triunfitos y les recuerden sus inicios a cada paso que dan.

–Pues se lo van a recordar toda la vida. Yo llevo 27 años de carrera artística y me recuerdan básicamente por cuatro cosas. Pero cada uno es lo que hace en este momento. Yo ahora soy Mama Mía! Hace años era OT. Y hace 25, la azafata del Un, dos tres. Y todo eso y otras cosas más minoritarias han conformado mi carrera. Y de ninguna voy a renegar nunca. Me siento orgullosa de haber vivido esas experiencias. Y ellos, con los años, se darán cuanta. Entiendo que quieran ser ellos mismos y no un triunfito, pero hay que estar muy agradecidos, porque gracias a eso ahora estás aquí.

 –¿Volvería a la Academia?

–Puede que sí, por qué no. Todo depende de qué te planteen o cómo sea esa vuelta. No me siento capaz de decir que no.

–¿Incluso en Telecinco? Creo que el formato ha cambiado algo.

–No tengo una opinión, porque en últimos años he estado haciendo función y no lo he visto.

–Usted se presentó por CiU a las elecciones locales de su pueblo en 2003. No salió concejal por pocos votos. ¿Por qué lo hizo? ¿Saltaría a la política nacional?

–Lo hice por amor a mi pueblo. Eso es lo que te lleva a dar un paso así e hipotecar tu vida. Y no volvería. Ya tuve bastante. Pude intuir cómo hubiera sido mi actividad política si me hubiera dedicado a ello. Estuve en el ojo del huracán.

–¿Cómo ve a los políticos actuales?

–Mal. Muy mal. Fatal. Y dicho esto, imagino que estamos creciendo. Llevamos poquitos años de democracia y aún somos bebés.

–¿Los toros son espectáculo?

–Nunca me lo he planteado. En cierto sentido sí, porque detrás hay una técnica, un oficio y un público. A mí no me gustan, porque no los entiendo. Pero no me veo capacitada para decir si debería prohibirse.

  • 1