"Sí que es verdad que me meto en todos los fregaos", se reía ayer Rafael González Serna, que lo mismo está para un almanaque solidario que para una gala benéfica o cualquier otro ataque colectivo de altruismo que se desate en Sevilla, "pero alguien lo tiene que hacer". Esta vez, el artista es el abanderado de una operación recién ideada por la Cadena Cope e inmediatamente secundada por todas las hermandades de Sevilla, empezando por la del Museo en calidad de coorganizadora (igual que el propio González Serna), para llevar al Circo Mundial el próximo miércoles a 2.000 niños que, de otro modo, no podrían hacerlo: discapacitados, chiquillos de barriadas marginales y familias pobres, hijos de presidiarias, chabolistas...
Ningún niño sin circo es el lema de esta campaña que no se limita a ponerles las entradas en la mano a los chiquillos, ni mucho menos: además, los tiene que llevar y recoger en autobuses ("que a ver quién los pone"), cuidar de ellos durante todo ese tiempo ("con voluntarios de las hermandades, sobre todo"), darles de comer y, para remate, que no le falte a ninguno su bolsa con regalitos. "La gente, las empresas, están colaborando de una manera increíble", comentaba el músico. "Un ejemplo: el Horno de la Parra va a poner los 2.000 panes para los bocadillos. Lazo pone las chacinas, y otros las botellitas de agua y los actimel. Los bocatas los harán 40 voluntarios del Museo."
El problema no es sólo encontrar ayuda, sino también dar con los niños. Si ayer por la mañana el hermano mayor del Museo, Javier Sobrino, confirmaba que ya había más de mil niños seleccionados, a la hora del almuerzo el aforo estaba casi completo, según comentó el director de la Cadena Cope en Sevilla, Joaquín López-Sáez, que estaba el hombre hecho unas castañuelas, y no sólo por ser tiempo de Feria: "Se están sumando empresas e instituciones muy diversas: El Corte Inglés, La Caixa, Cajasol, Emasesa, otras de automoción... y la selección de los chiquillos se está haciendo con 35 instituciones que velan por los niños enfermos, los que padecen riesgo de exclusión social, discapacitados, marginados..."
El propio circo también va a poner un precio muy especial a esas entradas. Por cierto, que la campaña ha abierto una cuenta corriente en Cajasol, por si alguien quisiera echar una mano con dinero. El número es 2106/0935/99/2184353227, o bien puede referirse a ella como la cuenta Ningún niño sin circo, y así no hay error posible. También se puede colaborar de otras muchas maneras, para lo cual lo mejor es ponerse en contacto con los organizadores.
¿Y si al final sobra dinero? "El jueves por la mañana, la cuenta quedará a cero", dice Serna. "Porque, si queda algo, se distribuirá entre esas mismas instituciones que cuidan de los niños."
