"¡No somos clientes, somos estudiantes!". "¡Todos a una, Bolonia a la basura!". Entre gritos, pitidos y cánticos, cerca de 2.500 estudiantes, según la Policía, se congregaron el jueves en el Centro para protestar contra el Plan de Bolonia, que estará implantado en 2010.
Desde las doce de la mañana ya se escuchaban los primeros cánticos de los alumnos que se congregaban a las puertas del Rectorado de la Universidad de Sevilla, en la calle San Fernando. Decenas de pancartas y carteles informaban a los viandantes locales y foráneos de las protestas de los jóvenes en contra de la "privatización" de la universidad (se secundó en toda España).
Tras permanecer casi media hora a las puertas de la Universidad, impidiendo el paso del tranvía, cantando y coreando consignas continuamente -"¡No somos clientes, somos estudiantes!", "¡Todos a una Bolonia a la basura!", "Mami que será lo que tiene el banco que el rector los quiere tanto!"-, la marcha arrancó bajo el lema La educación es un derecho, no un negocio.
"El objetivo de esta concentración es conseguir que el rector de la Universidad de Sevilla, Joaquín Luque, celebre un debate público con el conjunto de la comunidad universitaria y escuche las propuestas de alumnos y profesores", comentó Francisco Martín, representante de los alumnos en el claustro de la Facultad de Comunicación.
La manifestación, convocada por el grupo de trabajo No a Bolonia de Sevilla y la Coordinadora Andaluza de Estudiantes (CAE) para protestar contra el Espacio Europeo de Educación Superior, más conocido como el Plan de Bolonia, se dirigió por el Paseo de Colón, para después continuar por Reyes Católicos y Tetuán, con el fin de llegar hasta las puertas del Ayuntamiento. Vigilados por un séquito de policías nacionales e interrumpiendo el tráfico, los cerca de 2.500 jóvenes fueron haciendo sentadas y paradas durante todo el recorrido. Antes de llegar a la Plaza Nueva, lograron el compromiso del defensor del Pueblo Andaluz de mediar con los rectores de la Hispalense y la Olavide.
Una vez ya ante las puertas del Ayuntamiento, y tras algún que otro naranjazo al interior del edificio, el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, les mostró todo su "apoyo" y les invitó a que continuaran reivindicando su oposición frente a esta nueva reforma. Una de las manifestantes, de Magisterio, reivindicó su derecho a "ser escuchados aunque finalmente se lleve a cabo" la reforma.
