A veces no basta con cambiar de canal. Si lo que ve en la televisión le desagrada puede quejarse. Es lo que han hecho 266 andaluces en 2009. Todas las reclamaciones las escucha la Oficina para la Defensa de la Audiencia, dependiente del Consejo Audiovisual de Andalucía. Y las envía a las televisiones, a veces acompañada de una multa que en tres ocasiones el último año superó los 300.000 euros. Otras veces ta la razón a la emisora, pero hace llegar la queja igualmente.
La responsable de esta oficina, Mercedes de Pablos , defiende que estas reclamaciones de los espectadores son efectivas y anima anima a los televidentes que buscan una televisión veraz, rigurosa y con garantías. A veces pasa mucho tiempo, pero se avanza.
Es el caso de la queja que presentó el 2 de septiembre de 2007 una sevillana contra las echadoras de cartas de Canal 47. "Que quiten todos los programas de videncia que lo estamos pasando muy mal con una hermana mía de 37 años que está siendo timada por una vidente... y está dándole todo su dinero...sabemos que le entregó dos mil euros y también han llegado facturas muy altas del número 806", comunicó entonces al teléfono gratuito de la Oficina para la Defensa de la Audiencia, que ha conseguido dos años después limitaciones para estas emisiones por considerarlas televenta.
Más rápidas han sido las soluciones para una publicidad homófoba y una serie de dibujos animados con escenas violentas. En el primer caso la queja llegó en septiembre de 2009 y se refería a una promoción de la cadena Intereconomía emitida por la televisión local de Alhamilla (Almería) durante una desconexión con este emisor nacional en la que insinuaba que los gays no son "personas normales".
Tras comunicar la queja, presentada por una vecina del pueblo, a la televisión local, ésta abandonó las conexiones con Intereconomía. Una resolución del consejo audiovisual , con tres votos particulares contrarios, ha sido remitida al Ministerio de Industria para que actúe contra la cadena por "discriminación".
Canal 2 Andalucía retiró una serie de dibujos animados, Kochikame, tras esta queja enviada por un particular en junio de 2009 a la Oficina de Defensa de la Audiencia: "lo cierto es que la serie va a peor y me parece que debería revisarse la programación que estamos dando a los niños. Esta vez lo que nos ha hecho indignarnos ha sido el capítulo del pasado 29 de junio en el que se produce una situación de humillación absoluta para la mujer del policía protagonista, y es que ella tiene que pasar por el aro de todo lo que le digan (incluidas implicaciones sexuales) y también es sometida a golpes varios. Además el capítulo tiene escenas de carácter sexual, con tocamiento de genitales, que dejan en pañales al polémico Shin Shan. Kochikame es mucho peor y además de emite en un horario en el que hay muchos niños viendo la tele; como son dibujitos ellos quieren verlos, los padres confiamos en que son adecuados y luego resulta que salen estas cosas".
"El 7 de septiembre se dio traslado de la queja a la RTVA, que respondió con un escrito firmado el 15 del mismo mes en el que el operador, reconociendo que en ocasiones algunas secuencias pueden ser inadecuadas para el público infantil, comunicaba al Consejo su decisión de retirar la serie de su programación ante la imposibilidad de cortar secuencias polémicas y conscientes de que algunos de sus contenidos no reflejan los valores de educación y respeto que queremos trasladar a nuestros menores", reza la resolución del consejo audiosual sobre este caso . De todas formas, pese al veto de la RTVA, los fans de Kochikame pueden seguir sus aventuras en un canal de TDT, Neox.
Del largo recorrido de las quejas sobre la cartomancia al menos ha promovido un largo debate sobre el fenómeno de las retransmisiones del tarot: "el III Barómetro Audiovisual de Andalucía que define este tipo de programas como engañifas y estafas", explica la ponencia sobre videncia del consejo audiovisual.
El 30% de las emisiones de televisión contienen programas de adivinación del futuro, según el último barrido de ondas del consejo (octubre de 2009). Y suponen el 9% del total de horas de emisión, por delante del cine (3,80%) o los deportes (5,09%).
Aunque no se puede prohibir su emisión por el derecho constitucional a creer en lo que cada cual crea conveniente, el consejo ha conseguido a finales de 2009 que se consideren estas adivinaciones programas de televenta, lo que limita su emisión a tres horas al día frente a la práctica de muchas de las emisoras especializadas en videncia de emitir tarot las 24 horas. Además ha iniciado un "periodo de reflexión" para tomar una "decisión consensuada" sobre su influencia en los niños.
En la decisión ha pesado el contínuo reclamo de los números de tarificación elevada (los que empiezan por 806) que aparecen continuamente como fondo -publicidad del consultorio, al fin y al cabo- mientras la echadora de turno baraja los arcanos.
"Los propios programadores decían que no sabían si estas echadoras eran un programa normal o publicidad", explican funcionarios del consejo audiovisual que han trabajado esta polémica. Ha sido este vacío legal, argumentan, lo que ha motivado esta respuesta tan tardía al fenómeno, y, reconocen, "más que aliviar a esta familia de 2007 servirá de ahora en adelante".
Una vez recibida una queja (vía telefónica o, lo que es más habitual, a través de un correo electrónico) la analiza la comisión de contenido, que preside Carmen Fernández y que forman ocho miembros del Consejo Audiovisual de Andalucía. Se reúnen una vez a la semana para analizar las quejas que se reciben en esos siete días. Cuando no se ponen de acuerdo los ocho remiten las quejas que tienen al menos un voto discrepante al pleno del consejo, que se reúne cada dos semanas y que preside Juan Montabes.
Para tomar sus decisiones el consejo requiere a las operadoras que manden el vídeo objeto de la polémica ("nadie se ha negado dos veces", explican los técnicos del consejo) y lo examinan dos equipos de especialistas: uno que verifica si la denuncia es seria y tiene contenido y otro jurídico que determina si hay alguna vulneración de las leyes o los códigos deontológicos.
¿Parece sencillo? Cuando las quejas no se refieren a un episodio puntual, sino que critican cuestiones como la falta de pluralismo en una cadena los técnicos que informan al pleno del consejo se tienen que empachar con el examen de una semana de emisiones.
Si finalmente hay tela que cortar el consejo puede iniciar los trámites para una sanción económica, que puede ir desde unos pocos miles de euros a 300.000.