Economía

«No compito con las grandes superficies del bricolaje: mi cliente es más exigente»

Su padre fundó con 50 años la empresa Madesur, que hoy da trabajo a los cuatro hermanos y a otros cinco empleados. Desde virutas de madera a tablones de pino o eucalipto para construir estructuras, la firma sevillana abarca un amplio elenco de productos a los que acaba de sumar los muebles de cocina.

el 15 mar 2014 / 23:13 h.

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15576697La crisis de la construcción ha supuesto un duro golpe para la empresa sevillana de maderas Madesur, pero al menos la ha cogido con los deberes hechos: con poca deuda bancaria y culminada su modernización, aguarda a que se recupere el consumo confiando en la calidad de sus productos como cualidad diferenciadora del resto del sector. ¿Cuántas áreas cubre su empresa, además de la venta de madera? El tratamiento y aserrado de madera, realizamos estructuras y pérgolas, disponemos de corteza de pino, tutores de árboles (las guías que se ponen para que crezcan rectos), madera laminada, estructural (que se usa para las estructuras, por lo que necesita una certificación en cuanto a las cargas que soporta y a los kilos que puede mantener), mobiliario de jardín, casitas de madera para jardín, tarimas para suelos y acabamos de estrenar un nuevo departamento de cocinas. Además, realizamos cualquier trabajo a medida. Rozan las dos décadas... ¿cuál fue el origen del negocio? Mi padre lleva toda la vida. Fundó Madesur en 1995, con 50 años, invirtiendo el dinero de la indemnización que recibió cuando lo despidieron de la empresa en la que llevaba más de 30 años. Originariamente había cuatro socios; los demás se fueron yendo y él se quedó con todo. Ahora es una empresa familiar, sus cuatro hijos trabajamos aquí. ¿Qué tipo de maderas utilizan y de dónde proceden? Tenemos tanto procedencia nacional como importación, usamos fundamentalmente el pino, en todas sus especies (para todas las estructuras, los postes o los cercados), el eucalipto (para los mismos usos), y alguna madera tropical, como el ipé para tarimas de piscina o el iroko para carpintería de viviendas. ¿Cuál es su perfil de cliente? Desde administraciones públicas hasta empresas y particulares. ¿Qué volumen de facturación alcanzan y cuál es el producto que más tira del negocio? En los últimos años la facturación ha bajado, pero está entre 600.000 y 800.000 euros. Se vende sobre todo el pino tratado para vallas y tutores de árboles. ¿Qué tipo de tratamientos le imprimen a los materiales? A mí me llega la madera tal cual, el palo cortado como sale del bosque. Nos llega sin la corteza superficial, le hacemos un cepillado y lo metemos en el autoclave: un cilindro de hierro donde se introduce la madera, se cierra herméticamente y mediante bombas de presión y de vacío se abren los poros a la madera y se le inyecta un producto para protegerla contra la pudrición y aumentar su duración. Las tablas y tablones los cepillamos y cortamos a medida. También compramos vigas laminadas; cortezas que nos llegan de distintos tamaños y que cribamos para vender como corteza decorativa o la trituramos para abono. El mobiliario de jardín lo hacemos nosotros: al tener carpintería propia podemos realizar cualquier encargo. ¿De qué instalaciones disponen? Tenemos en Huévar unos 10.000 metros cuadrados con la planta de tratamiento, la zona de carpintería, corteza y descortezado, los almacenes y las oficinas. ¿Han aumentado sus instalaciones en los últimos años? Se han ido ampliando y se han hecho mejoras. Antes la planta de tratamiento era más pequeña, ahora en dimensiones puede ser la segunda o tercera a nivel de España. ¿La crisis les ha afectado? Nos ha afectado porque han bajado mucho la construcción y la obra pública. Y los particulares se gastan menos en todo lo que son pérgolas, mobiliario y estructuras. Por eso hemos abierto un nuevo departamento de cocinas, y va bien. Esperamos que cambie ya, que la crisis dé un respiro y empecemos a recuperarnos. No vamos a volver a 2006 o 2008, pero esperemos que la recuperación se note el año que viene. ¿Han potenciado las exportaciones para combatir la crisis? Exportamos corteza de pino a Marruecos, madera a Portugal y vendemos por toda España, menos del 15 por ciento del negocio son exportaciones, pero nos hemos mantenido igual. Este sector no es de los mejores para exportar porque en países como Marruecos permiten el uso de productos más peligrosos, pero también más efectivos para la madera, que aquí no son legales por motivos de seguridad e higiene. ¿Las grandes superficies del bricolaje son una competencia difícil? No tenemos una competencia directa de las grandes superficies porque tienen productos parecidos, pero muy limitados. Tú vas a esos sitios y tienen una pérgola o una mesa de picnic, pero es sota, caballo y rey en cuanto a dimensiones y a estilo. Kit baratos y de pequeño tamaño. Mi cliente es más exigente, busca cosas que las grandes superficies no le pueden ofrecer, por ejemplo la durabilidad: nuestros tratamientos garantizan que la madera está mucho mejor protegida para las inclemencias del tiempo y el contacto con la tierra. A mí si se me pudre una madera vienen a reclamarme, que gracias a Dios no pasa; pero si la compras en una gran superficie nadie lo hace. Es cierto que nuestros productos son más caros, pero tienen garantía. ¿Cuáles son las dificultades a las que se enfrenta su empresa? Tenemos problemas en cuanto al cobro, hay mucha demora en el pago y no encuentras consuelo ni ayuda ni en los tribunales ni en ningún sitio. La inversión pública ha bajado mucho y hay mucha competencia. Y además han aumentado las exigencias para el uso de productos químicos. ¿Y qué medidas podrían venirles bien? ¿Apoyo económico? Nunca hemos pedido subvenciones, pero creo que si no se invierte no saldremos nunca de aquí: pediría inversión pública y que los bancos muevan el dinero. La posibilidad de que el particular se desgravase sus materiales quitaría mucha competencia desleal. O medidas para fomentar el consumo de materiales en lo que afecta a las viviendas, porque aumentan su valor. Y entretanto... ¿qué hace su empresa para aguantar? Contención de gastos, poco endeudamiento bancario... tenemos la suerte de que las inversiones están hechas, al principio sólo teníamos tratamiento de madera y de 2003 a 2008 invertimos para introducir productos nuevos como la corteza, la carpintería y las estructuras, y modernizamos la maquinaria. También hemos ampliando los sectores, por ejemplo con el área de cocinas, para diversificar el riesgo. Al tener más productos es difícil que todos fallen a la vez.

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