Miles de niños palestinos se quedarán este septiembre sin ir al colegio. Otros muchos estudiarán en aulas deficientes de escuelas que no tienen ni biblioteca ni patio de recreo, un panorama muy distinto al que viven los niños judíos en el oeste de la ciudad.
Según un estudio publicado ayer por la Asociación de Derechos Civiles de Israel (ACRI) y la ONG Ir Amim, en la parte árabe de la ciudad santa hay una carencia de hasta mil aulas de educación primaria y secundaria. Por lo que sólo la mitad de los niños palestinos de Jerusalén pueden acceder a la enseñanza pública.
Hace una década, el Tribunal Supremo israelí se comprometió, tras la ocupación y "anexión" de esa parte de la ciudad, a construir 644 aulas nuevas antes de 2011. Pero "sólo se han construido 257 aulas nuevas", explicó a Efe Tali Nir, abogada de ACRI.
Ello provoca que unos 5.300 menores palestinos se queden fuera del sistema educativo y muchas familias se vean obligadas a matricular a sus hijos en escuelas que no tienen los medios suficientes. "Hay incluso centros con aulas totalmente vacías, sin mesas ni sillas ni estanterías, porque no tienen dinero para comprar el material básico", asegura Nir.
"Por el contrario", agrega, "en Jerusalén Oeste no hay ningún niño que se quede sin ir al colegio e incluso han cerrado escuelas por el descenso de la población". ACRI e Ir Amin atribuyen esta situación a "la discriminación de los palestinos por parte de las autoridades locales por motivos políticos". La consecuencia de esto es, según el informe, que los palestinos "se están haciendo más pobres y con menos formación académica".