Local

No es un problema de entrenador, es algo mucho peor que eso

Lo de este Sevilla no es problema de entrenador, es algo más profundo y que atañe especialmente a una pésima planificación deportiva en los últimos años.

el 27 nov 2010 / 22:26 h.

TAGS:

Martín Cáceres tampoco tuvo su día ante el Getafe.

Manzano tampoco da con la tecla. Ni las broncas ni las rotaciones surgen efecto y mientras desde la cúpula se llama a la guerra santa contra Madrid y Barça y sus millones resulta que el Villarreal se ha ido ya a siete puntos y por Nervión se plantan Mallorca y Getafe para llevarse de una tacada los seis del doble turno casero y hacer trizas el fortín.

Lo que han cambiado las cosas en apenas un año, pues a diciembre de 2009 llegaba el Sevilla, de la mano de Manolo Jiménez -ayer verdugo del líder en Grecia-, con el sueño de pelear la Liga a los grandes intacto: era tercero a 4 puntos del Barça y sólo a 2 del Madrid, del que hoy ya le distancian 12, y eso que ambos tienen un partido menos.

Dragutinovic puso el otro día el dedo en la llaga al hablar de la "falta de la ambición" de la plantilla como una de las claves del bajón de rendimiento que ha experimentado el Sevilla FC en los últimos tiempos.

Y tiene toda la razón el serbio: el hambre de gloria ya parecen haberla saciado un gran número de jugadores con los títulos de los últimos años y los bolsillos llenos de millones, que no hay más que darse una vuelta por las zonas residenciales más caras de la ciudad para ver los cochazos y las casonas que se gastan los gachós, la mayoría con el futuro más que asegurado después de los éxitos del lustro prodigioso que se agota parece que sin remisión.

Y si se acaba lo bueno es porque desde las altas esferas del club se está fracasando con estrépito a la hora de diseñar la transición: el plantel sevillista es peor cada año, pese a que la Copa del pasado mayo diera a entender que no.

El problema no está solo en la zona de creación, donde ni Jiménez ni Álvarez ni Manzano encontraron el equilibrio. La defensa es un coladero pese a los millones invertidos, el equipo ha perdido su patrón de juego y por la cantera, de momento, nadie apuesta con decisión, pese a que hay chavales como Luis Alberto o Campaña que vienen con hambre de gloria. 

  • 1