Cultura

“No es una crisis sino una guerra sin bombas, los muertos son los parados y desahuciados”

José Sacristán llega al Lope de Vega con ‘Yo soy Don Quijote de la Mancha’. La obra rescata los valores morales y éticos del personaje de Cervantes

el 08 may 2013 / 22:35 h.

sacristan Yo soy Don Quijote de la Mancha, la obra teatral protagonizada por José Sacristán que puede verse desde ayer en el Lope de Vega –20.30 horas, una hora antes el domingo, su último día–, se presenta ante la sociedad en un momento en el que más que reivindicar el genio literario de su autor o la originalidad de la historia, busca rescatar los valores morales del hidalgo caballero, loco para algunos, héroe para otros, en unos tiempos en los que “no vivimos una crisis, sino una guerra en la que no caen bombas, pero donde los muertos son los parados y los desahuciados”. Así de duro se expresó el actor protagonista en la rueda de prensa del espectáculo, que guarda una “fidelidad absoluta” al espíritu con el que Cervantes escribió su novela, pese a que en esta adaptación se utiliza el metateatro para profundizar en el legado ético de esta historia. Tras 60 años sobre las tablas, José Sacristán volvió ayer a Sevilla para presentar y estrenar este texto dirigido por Luis Bermejo, con dramaturgia de José Ramón Fernández, que pone el acento en el referente moral del personaje cervantino. “Es un privilegio y un lujo dar vida a una figura así, no sólo por sus valores literarios y dramáticos, sino por los morales. El Quijote no se para a pensar los riesgos que entraña defender y ser fiel a principios como la justicia, el amor o la ayuda a los desvalidos”, destacó el intérprete. Este montaje, que fue creado para el Festival de Almagro, arranca con tres actores sobre las tablas –representados por Sacristán, Fernando Soto y Almudena Ramos– junto a un violonchelista, que se disponen a llevar a escena la obra del caballero de La Mancha. No tienen muy claro cómo encarar la función, lo que abre una reflexión sobre la vigencia de este libro que logra poner en primer término “la dolorosa actualidad, en la que persisten cosas que Cervantes puso en cuestión hace ya siglos”, relató. Para ello, José Ramón Fernández introduce como vehículo el papel de Sanchica, hija del fiel escudero y papel bisagra entre el texto de Cervantes y la adaptación. Sacristán, que se confesó satisfecho de interpretar un texto de tal belleza, defendió que es perfectamente trasladable a nuestro tiempo, ya que “respira y destila de valores de un personaje que habría que ver si estaba loco o no”. Al final, a preguntas de la prensa, el actor se confesó amante del flamenco y sorprendió a todos definiéndose como una “tonadillera frustrada”. “Soy actor porque no he podido ser Juana Reina”. "HEMOS CONFUNDIDO LOS MOLINOS CON GIGANTES" Esta obra conecta con la actualidad y la falta de valores que evidencia la crisis, una situación ante la que Sacristán fue “realista” con una visión muy pesimista. “Durante mucho tiempo hemos confundido los molinos con gigantes, no hemos valorado bien las fuerzas del contrario”. A su juicio, la crisis es una guerra que los obreros tienen perdida. “No hay posibilidad de revertir esto, la izquierda se ha quedado sin recursos morales para darle la vuelta a la situación”. Ejemplificó esta visión con la reciente caída del edificio de Bangladesh donde murieron 800 trabajadores. “Si el edificio no está bien construido, cuando cae mata a los obreros, no a los que compramos las prendas baratas. Eso ha pasado en España, el edificio del progreso no tenía bases, era una chapuza”.

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