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No hablo, pero puedo cantar

La disfonía espasmódica impide hablar con normalidad. Se diagnostica entonando. El servicio de Otorrinolaringología cura con bótox esta enfermedad catalogada como rara.

el 07 jun 2012 / 18:41 h.

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El doctor Serafín Sánchez es el director de la unidad de gestión clínica de Otorrinolaringología del Virgen Macarena.

El hospital Virgen Macarena tiene la solución para su problema de voz. Si usted no puede hablar porque siente como si se le atascara la garganta, ha de hablar a trompicones y la voz no le sale de la garganta, seguramente padezca una enfermedad denominada disfonía espasmódica, que además causa un gran daño psicológico entre sus afectados porque no pueden desarrollar una vida plena. El diagnóstico es muy fácil, si no puede leer un texto con normalidad pero sí puede hacerlo cantando, riendo o llorando, ya no hay más que hablar: usted seguramente padezca disfonía espasmódica.

Este diagnóstico que acaba de leer lo enuncia el doctor Serafín Sánchez, jefe de servicio y director de la unidad de gestión clínica de Otorrinolaringología del hospital Virgen Macarena. Según él, esta enfermedad, catalogada dentro del grupo de las raras, es neurológica debido a su componente emocional. "No se trata de personas locas ni histéricas, sino en las que también afecta el componente emocional. Si cantan o ríen pueden leer un texto perfectamente, lo que no pueden es hablar como una personal normal que no sufra la enfermedad".

Este mal aparece normalmente en la adolescencia y como no obliga a estar en casa ni hospitalizado "pues los afectados lo suelen llevar de la mejor manera que pueden pero les ocasiona un gran impacto en su calidad de vida". El daño, además, se agrava con un peregrinar por médicos, logopedas e incluso psiquiatras "que más que aportar una solución contribuyen a aumentar el problema del enfermo".

Según el doctor Sánchez, esta enfermedad no tiene solución definitiva pero sí la hay para la difonía, y esto se logra con la inyección de toxina botulímica, denominada popularmente como bótox. Esta se inyecta en las cuerdas vocales del afectado -por fibroscopia o directamente a través de la piel del cuello-, que notará cómo al día siguiente puede hablar de una forma completamente normal. "Esta inyección les cambia la vida, se ponen súper felices porque algunos llevan años sin poder hablar y ahora tienen una vida plena".

Eso sí, el bótox, al igual que cuando se inyecta para eliminar las arrugas de la cara, tiene una vida útil, por lo que el afectado de disfonía espasmódica notará cómo a los seis o siete meses aproximadamente la inyección va perdiendo efectividad y deberá volver al centro hospitalario para recibir una nueva dosis.

El doctor Sánchez, consciente del gran desconocimiento que hay de esta enfermedad, asegura que "lo primero que hay que hacer para detectarla es conocerla", por lo que también destacó la labor que hace para la divulgación de esta enfermedad la Asociación Española de Disfonía Espasmódica.

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