"La depresión postvacacional no existe". Así de rotundo se muestra Jerónimo Saiz, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría. Y es que, según los expertos, los síntomas que se presentan con la vuelta al trabajo y después del periodo estival de descanso no corresponden con los de una depresión ni con ninguna otra enfermedad.
Según Saiz, la vuelta al trabajo es simplemente una dificultad más de la vida que requiere adaptarse a una realidad que no siempre concuerda con las expectativas. "Si la depresión se asocia al regreso de las vacaciones es puramente una coincidencia", aclara este experto. De hecho, los psicólogos sostienen que los síntomas no guardan ninguna relación con la depresión, que es una enfermedad psiquiátrica bien definida y que afecta a unos seis millones de españoles, lo que la convierte en la segunda causa de baja laboral en España.
En este sentido, la experta en Psicología Clínica, Elena Borges, declara a Europa Press, que existe "una confusión terrible", y añade que "el termino depresión postvacacional se ha quedado como un término coloquial, y la verdad es que la depresión es un problema mucho más terrible que sí requiere tratamiento profesional". Además, Borges explica que "no se trata, por tanto, de ninguna enfermedad o síndrome, sino de un proceso emocional normal". "Hay que hacer hincapié en que no es una enfermedad mental que deba ser tratada por un profesional, es simplemente un estado de ánimo que pertenece al curso de la vida", añade.
De hecho, los síntomas de irritabilidad, insomnio o ansiedad, que se manifiestan tras la vuelta al trabajo, dependen en gran medida de la satisfacción que se obtiene del trabajo, del regreso a horarios estrictos o de la vuelta a la rutina, entre otras circunstancias. Además, es más fácil que se produzca en profesiones de contacto directo con el público, como profesores o comerciales.
Igualmente, se entiende que esta situación responde a un estado de ánimo negativo entre los trabajadores que vuelven a sus puestos. Sería un sentimiento comparable, advierten los expertos, "al que se produce los lunes para muchos trabajadores, tras dos días de descanso y que, ahora, después de un mayor periodo de descanso, se produce de modo más acentuado". Es, por tanto, un malestar "transitorio y breve" que no requiere de atención médica ni de un tratamiento farmacológico, sino de un enfrentamiento a la realidad y a la nueva situación.
algunos consejos. Los pensamientos positivos son una buena forma de superar el malestar postvacacional. De este modo, Borges considera que es importante "valorar tener un trabajo", sobre todo "ahora que estamos inmersos en una situación de crisis económica considerable". Pensar en disfrutar y descansar durante el fin de semana es, para los expertos, un modo de mantenerse feliz y positivo en el trabajo.
Aparte de mantener una actitud determinada, se recomienda ser realista y dedicar tiempo para el ocio a diario. Tomar las riendas de la propia vida y no considerar las vacaciones como la solución a todos los problemas son también buenas iniciativas de cara a la incorporación laboral.
Asimismo, aconsejan tratar de incorporarse a la rutina de forma paulatina, y, en caso de poder hacerlo, dividir las vacaciones en dos. Lo más recomendable es disfrutar de 15 días de vacaciones durante los primeros seis meses del año y del resto en el segundo semestre, con lo que se consigue relajarse del ritmo acelerado.
