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No hay futuro sin pasado

El partido de hoy en el Sánchez Pizjuán lo tiene todo. Por un lado una mirada al pasado con el morboso regreso de Juande Ramos, otra al presente con la incómoda situación en la que se vuelve a encontrar Jiménez tras el fiasco del Camp Nou. Pero sobre todo una al futuro. La Liga de Campeones y la Liga están en juego.

el 16 sep 2009 / 01:53 h.

El partido de hoy en el Sánchez Pizjuán lo tiene todo. Por un lado una mirada al pasado con el morboso regreso de Juande Ramos, otra al presente con la incómoda situación en la que se vuelve a encontrar Jiménez tras el fiasco del Camp Nou. Pero sobre todo una al futuro. La Liga de Campeones y la Liga están en juego.

Ni es Londres ni es Navidad ni la historia obedece a ningún cuento de fantasmas, pero Charles Dickens podría encontrar un gran argumento para volver a filosofar sobre el tiempo esta tarde en el Sánchez Pizjuán. Si el Sevilla FC fuera una persona, esta tarde estaría sometido a una intensa sesión de psicoanálisis en el que el pasado, el presente y el futuro se unen para arrojar alguna conclusión, que en esta ocasión se cifra en puntos, o tres o uno o ninguno.

Juan de la Cruz Ramos Cano encarna el pasado, pero el pasado más glorioso que haya vivido el Sevilla. Entrenador del Real Madrid en la actualidad, regresa hoy al Sánchez Pizjuán y juega por primera vez desde su marcha contra el equipo que más gloria y éxitos deportivos le ha proporcionado, y viceversa. En sus poco más de dos años al frente del Sevilla se convirtió en el mejor entrenador de la historia del club, logrando hasta cinco títulos, pero paradójicamente esta tarde los aficionados nervionenses se debaten entre recibir con aplausos al técnico que más les hizo disfrutar o dedicarle una sonora pitada, jalonada con algún que otro 'juandólar', por su traicionera y pecuniaria marcha. Así es el fútbol, amor y odio a la vez. Pero más allá del protagonismo que pueda adquirir el manchego en la previa del encuentro, también se merecerá atención durante el mismo. Sobre todo porque su equipo, el Real Madrid, se ha convertido en una auténtica máquina de ganar: 16 de 18 partidos en la Liga, ahí es nada. Por si tuviera pocos motivos para infundir respeto, se lo vuelve a ganar.

El presente no es el mejor posible para Manuel Jiménez Jiménez. A pesar de seguir tercero en la clasificación, las últimas dos semanas han resultado nefastas para el Sevilla. Tres derrotas que han dejado al Valencia a tiro de piedra y que complican la clasificación para la Liga de Campeones, esa que parecía atada hace semanas. Para colmo, la ridícula actuación nervionense en el Camp Nou ha levantado ampollas y ha vuelto a poner al entrenador de Arahal en el centro de la polémica. Tras el 4-0 grabado a fuego en el orgullo de los sevillistas hoy toca reacción, y sin experimentos. Jiménez sigue estando dentro del objetivo y, por tanto, dentro de la presumible continuidad. Pero el debate vuelve a reabrirse, con mucha cuota de responsabilidad por su parte.

Porque la coincidencia entre el futuro del Sevilla y el de Jiménez sólo tienen un nombre posible, Liga de Campeones. Todo lo que no sea estar entre los cuatro primeros será un fiasco importante; todo lo que no sea acabar entre los tres primeros clasificados, una decepción de calibre.

Por eso al partido de esta tarde le sobran los motivos para suscitar el interés. Juande Ramos, Manolo Jiménez, la Liga de Campeones, y la Liga. El Real Madrid se la juega. Sólo le vale la victoria para seguir en la pelea por el título y posiblemente el encuentro ante el Sevilla, dejando al margen el duelo con el mismo Barcelona, sea el más complicado de aquí al final de temporada. Por la entidad del conjunto nervionense, a pesar de sus últimos vaivenes, por el peso de muchos de sus jugadores, que hoy sí deben jugar todos, no como en el Camp Nou, y porque el Sánchez Pizjuán es terreno vetado desde hace seis años al Real Madrid. ¿A Juande Ramos también?

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