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No hay justicia

No hay Justicia en España; me refiero a la Administración de Justicia, a los jueces protegiendo derechos y resolviendo los conflictos de los ciudadanos. Y no hablo por los casos dramáticos que todos conocemos, de etarras liberados, asesinos impunes o ladrones indemnes...

el 16 sep 2009 / 08:10 h.

No hay Justicia en España; me refiero a la Administración de Justicia, a los jueces protegiendo derechos y resolviendo los conflictos de los ciudadanos. Y no hablo por los casos dramáticos que todos conocemos, de etarras liberados, asesinos impunes o ladrones indemnes. Hablo del día a día, de los temas comunes que a todos nos afectan. Un amigo me cuenta un problema que tiene, de una importancia menor pero desde luego molesto, con un vecino, el de arriba. Éste le ha hecho destrozo en su casa por un tema de humedades, y no quiere saber nada del tema.

Le plantea a mi amigo las líneas habituales de defensa, como trincheras sucesivas: que no tiene nada que ver, que la culpa es suya (de mi amigo) que la culpa es de la Comunidad? Pero se revuelve antes de la última, que lo pague el seguro. En vez de acudir a éste, quién sabe si lo tendrá, y encabronado ya por la insistencia de mi amigo, que cuando tiene razón no hay quién lo pare, le coloca por delante la barrera definitiva: "Pues nos vamos a juicio, y dentro de unos años veremos". Teniendo la razón, y teniendo derecho, mi amigo ha sido derrotado, porque no hay jueces que le amparen.; no puede permitirse esperar que alguno le dé la razón, y por esto es como si no la tuviera. El sinvergüenza gana, porque golpea primero y la respuesta jurídica no le llega.

Dicen los juristas que justicia retrasada es justicia negada. Así lo entienden altos tribunales internacionales, que han condenado a España por lo injusta y desproporcionadamente alargado de sus procesos. El fracaso de la justicia se ha convertido en un elemento a considerar en las estrategias cotidianas de las personas. Operamos con una sensación de impunidad, porque nuestros actos no recibirán respuesta inmediata; para cuando la reciban, el daño al otro estará hecho, mi ganancia consolidada, y la reparación resultará imposible.

Y todos conocemos desaguisados de administraciones públicas, que saben que el contencioso les tirará de las orejas cuando el tema esté muerto y enterrado. Por eso digo que no hay justicia; por eso digo que nos niegan un derecho constitucional; por eso digo que nos abocan a consentir la injusticia o a buscar otras formas para resarcirnos. Dicen que todavía hay jueces en Berlín; quizás allí, aquí lo dudo.

Catedrático de Derecho del Trabajo

miguelrpr@ono.com

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