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'No la amenacé. No pierdo los estribos por tonterías'

"No la amenacé de muerte. He pasado mucho en mi vida como para perder los estribos por una tontería". Con estas palabras defendió ayer Eleuterio Sánchez, El Lute, su inocencia en el juicio por los presuntos malos tratos a su mujer, quien ratificó su denuncia. (Foto: Antonio Acedo)

el 14 sep 2009 / 23:46 h.

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"No la amenacé de muerte. He pasado mucho en mi vida como para perder los estribos por una tontería". Con estas palabras defendió ayer Eleuterio Sánchez, El Lute, su inocencia en el juicio por los presuntos malos tratos a su mujer, quien ratificó su denuncia.

El Lute se enfrenta a una condena de 20 meses de prisión, 27 años después de haber logrado el indulto, si bien, antes de entrar a la sala, señaló a los periodistas que "no es un reencuentro con la Justicia, porque no me considero imputado, pues se trata de una denuncia falsa", y añadió que, entre él y su esposa, "hubo un desgaste en la relación por los años", y que como muchas parejas "teníamos desavenencias.

Ella está mal aconsejada y pretende quedarse con todo gracias a una ley que lo permite", en referencia a la Ley Integral contra la Violencia de Género, de la que dijo "habría que querellarse contra el PSOE por ser anticonstitucional".

Ya dentro de la sala, explicó al juez que el 16 de febrero, en su domicilio de Tomares, discutió con su mujer y que se marchó a Cantabria para promocionar su libro. "Cuando volví, ella se había marchado de casa", dijo. Por el contrario, su mujer aseguró que él llegó al piso y comenzó a "insultarme y a pegarme" y que en casa de su vecina, donde se refugio, "me golpeó y me dio con el quicio de la puerta". Carmen C., dijo que no denunció "porque al día siguiente estaría en los periódicos", y porque "los médicos me aconsejaron que no lo hiciera".

Sobre el supuesto segundo episodio de malos tratos, que tuvo lugar en Punta Umbría, El Lute explicó que fue hasta allí "para comprobar que estaba con otra persona como me habían dicho" y que, al descubrirla, le pidió que entrara en el coche "para no armar escándalo y para hablar como adultos porque tenemos dos hijos que están antes que todo".

Ella, en cambio, relató que el apareció y que la cogió por el brazo mientras le decía que "estaba condenada a muerte", y que le había "pinchado las cuatro ruedas del coche y roto los limpiaparabrisas".

El restos de testigos, todos de la defensa, aseguraron que "eran una pareja ejemplar". El juicio fue aplazado al 14 de febrero al no asistir dos guardias civiles que hicieron el atestado en Punta Umbría.

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