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No mandes por móvil lo que no enseñarías a tu madre

Alumnos del colegio de las Esclavas aprenden la importancia de la seguridad en internet.

el 18 mar 2014 / 23:30 h.

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YAHOO Y LA SEGURIDAD EN INTERNET

Salón de actos del colegio de las Esclavas de Sevilla. Alrededor de 150 alumnos de Primero y Segundo de Secundaria de entre 12 y 13 años asisten a una charla organizada por Yahoo sobre seguridad en internet. Las ponentes, Gabriela y Carlota, preguntam si alguien de los presentes no tiene móvil y solo tres levantan las manos, mientras a la pregunta de cuántos usan whatsapp el salón se llena de palmas alzadas. El auditorio está lleno de nativos digitales que, como sus progenitores  han aprendido desde pequeños que no se habla con desconocidos y responden con un rotundo no que si alguien por la calle les pidiera su dirección y teléfono no se lo daría. Pero se asombran –y ese es el objetivo– al descubrir que si no configuran bien la política de privacidad en su perfil de instagram, todas sus fotos son geolocalizadas y es fácil deducir por dónde se mueven e incluso dónde viven o van al colegio, y que aunque la aplicación snapchat venda que las fotos que mandas solo puede verlas la persona que la recibe durante los segundos indicados, en realidad es fácil hacer una captura de pantalla y que la imagen comience a circular. La máxima es que en internet «todo se guarda en algún sitio».

Gabriela y Carlota insisten una y otra vez en que tener móvil a su edad, estar en las redes sociales, compartir vídeos y fotos «no es bueno ni malo» pero instan a «protegerse a uno mismo y a los demás» y a pensar, antes de colgar o compartir una imagen en abierto, si lo haría si supiera que un familiar o profesor la va a ver. «Si la respuesta es no, pensadlo».

Uno de cada tres niños en España de 12 y 13 años ha sido acosado sexualmente alguna vez por móvil, seis de cada diez han recibido mensajes incitándoles a juegos de pago, uno de cada diez ha chateado con desconocidos y el 25% recibe mensajes de desconocidos con frecuencia –en el salón, una alumno reconoce en alto que le ha pasado–, el 10% ha recibido fotos pornográficas [se escuchan risas], el 30% ha facilitado voluntariamente su teléfono por internet y el 10% ha dado su dirección. Estos datos despertarían el pánico en los padres pero también logran impactar al auditorio, al igual que el caso real de una joven que rompió con su novio y éste mandó a tres amigos un vídeo «subido de tono» que acabó en internet o el de un profesor que captó a menores para abusar de ellos haciéndose pasar por Marc Márquez y Mireia Belmonte. Lo suficiente para que, como reconoce la directora del colegio, Faustina Becerra, tenga «más efecto que lo que le dicen los padres» sobre el cuidado del uso que hacen de internet, con quién se relacionan en las redes y qué datos comparten de su vida, ya que los móviles, pese a estar terminantemente prohibidos en el centro, resultan inevitables.

«¿Pero entonces en la aplicación se quedan las fotos?», «¿es más seguro Telegram o WhatsApp?», «quiero comprarme un juego por internet pero piden muchos datos, ¿cómo sé si es seguro?», «cuándo borras el historial del ordenador,  ¿alguien puede ver qué páginas has visitado?». Las preguntas se suceden y, según Gabriela, suelen repetirse en cada colegio al que acuden. «Lo que quieren es saber cómo hacer para ocultar lo que hacen o cómo borrarlo porque ereen que lo controlan todo y se dan cuenta de que no controlan tanto».

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