Ha vuelto a ocurrir. La muerte ayer de un obrero de 60 años al caerle encima un bloque de hormigón en las obras de la manzana de La Florida evidencia que aún falta mucho camino por recorrer para alcanzar el riguroso y exigible cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales. Según Comisiones Obreras, el albañil fallecido, que acumulaba 40 años de experiencia y era el encargado de una subcontrata, murió al caerle encima un bloque de hormigón que se desprendió de una de las excavadoras sin que en ese momento estuviera señalizado y debidamente acotado el perímetro de seguridad que marca la normativa. Corresponde ahora a la administración y a la autoridad judicial investigar las circunstancias, pero si se confirman los primeros indicios, se habrá constatado que el esfuerzo que están realizando tanto el Gobierno y la Junta de Andalucía como los empresarios para adecuar los tajos a la ley, no son todavía suficientes. Bien es cierto que los accidentes laborales han descendido en Andalucía hasta un 13% en el primer trimestre del año, aunque lo ensombrece el hecho de que han aumentado los siniestros con resultado de muerte. La prueba de que aún falta demasiado camino por recorrer es que en la concentración silenciosa convocada ayer por el ayuntamiento de Sevilla (la número 18), hubo que recordar hasta a tres víctimas mortales de accidentes laborales ocurridos en las últimas horas en Málaga, Almería y Sevilla. La cultura de la prevención, desgraciadamente, aún no ha calado del todo en el sector de la construcción, por lo que resulta exigible que las administraciones, la patronal, los sindicatos y los propios trabajadores intensifiquen el esfuerzo por adoptar medidas, so pena de que la justicia sea inflexible con aquellos que no observen la ley poniendo en peligro su integridad física o la de su trabajadores. Ése es el reto, que debe ser irrenunciable.