Cultura

«No me importa el intrusismo, los gremios muy cerrados se vician»

ENTREVISTA A MARTÍN SATÍ. Desde su personal espacio, este artista, responde a encargos que le llegan de todo el mundo. MacDonald’s le ha pedido recientemente un nuevo diseño para sus paquetes de patatas con inspiración en el mundial de Brasil. Y ya lo tienen en su bandeja de plástico.

el 06 jun 2014 / 23:30 h.

El diseñador sevillano Martín Sati, en su estudio, acaba de firmar un trabajo para MacDonald’s. / Carlos Hernández El diseñador sevillano Martín Sati, en su estudio, acaba de firmar un trabajo para MacDonald’s. / Carlos Hernández Las icónicas patatas fritas de McDonald’s cuentan desde el 26 de mayo con un diseño de Martín Satí, uno de los doce creadores gráficos seleccionados por la multinacional para llenar de color sus envases durante todo el Mundial de Fútbol de Brasil. Formado en Bellas Artes en Sevilla y el Reino Unido, este «artesano gráfico moderno», como se define, va a llegar, gracias al escaparate que le prestará un modesto recipiente de cartón, a más de 60 millones de consumidores. ¿Cómo llega MacDonald’s a interesarse por su trabajo? Ha sido gracias a la empresa que me representa en Estados Unidos. Ellos vieron mi trabajo y me pidieron que expresara cuál era mi visión sobre el Mundial de Fútbol. ¿Existe la libertad creativa plena cuando se trabaja para una multinacional del calibre de esta? La libertad en el diseño es un concepto complicado. Al principio tienes toda la del mundo, pero luego llegan los apuntes y las indicaciones. Nunca hay libertad al 100 por 100. Por eso siempre tengo en cuenta quién es mi cliente. Lo que por el contrario no hago jamás es distinguir un encargo de un proyecto personal; todo lo asumo como un empeño en el que dar lo mejor. ¿Qué interés personal le suscita la convocatoria brasileña? No soy un entusiasta del fútbol. La empresa me pasó un cuestionario para intuir por dónde podrían ir mis intenciones a la hora de crear. Yo jugué en la ilustración con una aplicación de los colores que parecen recordar las salsas. Y decidí emplear un dibujo figurativo que describe muy bien la euforia del gol. Su obra se caracteriza por el empleo de colores muy vivos. Y este trabajo no ha sido una excepción. Llevo bastante tiempo utilizando colores puros; con ellos me gusta crear una sensación vibrante en el espectador. Por otra parte el soporte en el que se iba a ver este diseño, un paquete de patatas fritas, era muy pequeño, por lo que había que hacerlo notar. La única consigna que sí me dio MacDonald’s fue que no empleara el amarillo porque este es el color presente en el paquete clásico de sus patatas. ¿Le resulta cómodo trabajar desde Sevilla? Para mí sí lo es. Ahora bien, no sé si se tiene en cuenta que estoy aquí o no. Pero desde Sevilla, y Andalucía en general, estamos exportando mucho diseño e ilustración al mundo gracias a múltiples agencias. Lo importante es tener buenos representantes; yo los tengo en EE.UU,Reino Unido y Francia; ellos son mis fuentes de trabajo. ¿Sería aventurado afirmar que esta es su obra más importante? No le sabría contestar. Lo que sí sé es que con ella voy a llegar a más personas que con ninguna otra. Ese es el propósito del diseño; provocar interactividad, ver si gusta o no y comunicar cosas. MacDonald’s en ese sentido ha prestado a 12 diseñadores una plataforma inmejorable. Desde luego no es el encargo más exigente al que me he enfrentado, pero seguramente será el que me reporte mayor fama como creativo. ¿Dónde se sitúa en ese eterno debate entre diseño y arte? Me interesa mucho esa confrontación que plantea. Nunca me he posicionado en el arte; tiene otro entorno y va por un camino diferente. Yo no hago arte culto, sino popular, conectado con la gente de a pie; arte cotidiano que no está codificado. Mi inspiración la encuentro en el día a día; y nadie debe sentirse sorprendido por lo que hago. No planteo preguntas con mi trabajo. Sin embargo apostaría a que la mayor parte de sus referentes como creativo son personalidades de las artes plásticas. Diría que un 80 por ciento de los nombres que me interesan están ligados al arte. Mis últimos trabajos podrían funcionar en una galería al uso. Y hay muchos ilustradores que se están dedicando a vender su obra. Pero no. Estoy muy desconectado del mundo artístico; no sé cómo se mueve, no participo de él. El campo del diseño gráfico es uno de los que mayor índice de intrusismo profesional soporta. ¿Le preocupa este asunto? No.Cada uno hace lo que cree o o lo que debe con la base que tiene. Si eres un intruso curricularmente hablando pero lo que haces es bueno, bienvenido, adelante. Lo esencial es que vengas de donde vengas trates de aportar algo. Yo hago lo mismo, a través del diseño y la ilustración estoy entrando en la decoración. Los gremios muy cerrados se vician y acaban haciendo siempre lo mismo. ¿Ha alcanzado su gremio una buena visibilización pública, cercana a la que goza el arte contemporáneo con ferias como Arco y Estampa? Este es un terreno muy difuso. Todo el mundo, por más ajeno que se sienta, conoce Arco, lee en los periódicos sobre lo que allí sucede, se informa en las televisiones. Con el diseño no pasa igual. Hay encuentros, pero se circunscriben a un ámbito muy profesional. Por el contrario lo que sí noto es una mayor valoración por parte de la gente. Antes, una persona montaba una empresa y le pedía a su primo, que dibujaba bien, que le hiciera un logotipo. Hoy se confía en los diseñadores. Estamos aquí para crear contenidos, no solo para presentar resultados más o menos estéticos. ¿Hay un buen nivel de diseño gráfico en España? Lo hay. Pero no es menos cierto que veo con frecuencia cómo marcas que invierten mucho dinero en publicidad obtienen resultados tremendamente mediocres. Habrá quienes digan que en diseño es discutible todo, pero hay cosas que incontestablemente están mal hechas. Y se puede objetivizar el por qué de un pésimo trabajo. ¿Se ha apuntado usted a la moda pop que envuelve buena parte de la ilustración actual? Es casi imposible escapar de Andy Warhol, y sí, puede haber algo de pop en mi quehacer. Pero no voy por ahí diciendo que soy un artista pop. Se me quedaría corto, especialmente porque me gusta mucho la experimentación. Me siento un artesano gráfico, quizá sea ese el término que mejor define lo que hago en el estudio. ¿En la vieja pugna figuración/abstracción dónde prefiere ubicarse? El límite que siempre ha separado a ambas es excepcionalmente fino. Muchas de mis abstracciones tienen orígenes figurativos. Me gusta deformar la figuración y, partir de ese procedimiento, ir creando algo completamente diferente.

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