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'No puedo seguir en el Alcázar en tales condiciones'

José Mª Cabeza, director conservador del Alcázar, ha presentado su dimisión. ¿Razón? "En los últimos meses se han producido una serie de hechos que me han obligado a considerar mi situación y a optar por dar por concluido mi ciclo en el Alcázar".

el 15 sep 2009 / 05:09 h.

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José María Cabeza Méndez, director conservador del Real Alcázar desde 1990, ha presentado su dimisión. ¿Razón? "En los últimos meses se han producido una serie de hechos que me han obligado a considerar mi situación y a optar por dar por concluido mi ciclo en el Alcázar". No obstante, Monteseirín y Galindo confían en que recapacite.

Si sólo fuera por las diferencias abiertas e irreconciliables que mantiene con los sindicatos CCOO y UGT a cuenta de la negociación del convenio colectivo, quizás podría seducirle a Cabeza la propuesta que hoy le trasladará Antonio Rodríguez Galindo, alcaide del Alcázar, para que se replantee la dimisión y siga al frente de la conservación y dirección experta del monumento. Pero no, hay más detrás y Cabeza, que es todo un señor, no soltará prenda en público porque es disciplinado como pocos.

"No podía seguir en tales condiciones", reconocía ayer noche después de un día intenso y duro en el que oyó a través de los medios de comunicación cómo tanto el alcalde como el alcaide elogiaban su labor y anunciaban que haría todo lo posible para que éste se replantee su dimisión, anunciada verbalmente el pasado jueves a los miembros de la comisión ejecutiva del Patronato del Real Alcázar.

Parco en palabras, pero muy claro en las que suelta, Cabeza explica que, "en los últimos meses, se han producido una serie de hechos que me han hecho plantearme y considerar mi situación. Y no se trata sólo de cosas que afectan a lo laboral; hay más cosillas".

A quien quiera leer entre líneas no se le puede escapar que el conservador no está trabajando a gusto, algo en lo que ha tenido y tiene algo que ver la figura del alcaide, un Galindo sui géneris que ayer se afanaba públicamente en descartar cualquier atisbo de controversia o problema con Cabeza.

El calibre de esta divergencia interna muy discretamente sobrellevada por ambos se medirá hoy mismo, cuando Galindo se vea con el conservador para hacerle recapacitar. "Soy humano, es cierto, y depende de lo que me planteen, así obraré; pero voy a cumplir los 60 años y me estoy replanteando mis propios esquemas vistales y laborales, y es en este sentido que estimo que mi ciclo en el Alcázar ha terminado. Y que quede clara una cosa: que nunca le he tenido apego a ningún cargo de los que he desempeñado".

Sus palabras saben a despedida, pero el Ayuntamiento aún guarda algún cartucho en la recámara. Al menos en lo tocante a resolver sus problemas con los sindicatos. Como anunció ayer el alcalde, "si hay que librarle de las duras tareas de negociar con los sindicatos, se le librará poniéndole a alguien que le eche una mano o a un jefe de servicio". La duda está en saber si con eso creerá Cabeza que bastará, si no hay males mayores o peores.

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