"No sabía si realmente lo pedían para la Junta o para ellos, lo que sí sabía era que era una estafa". Así ha descrito Pedro Sánchez Cuerda, uno de los propietarios del Grupo La Raza, lo que él mismo ha denominado como un "soborno" por parte de los directivos de Mercasevilla, Fernando Mellet y Daniel Ponce. Según ha explicado, en una primera reunión Ponce le planteó que llevara los 300.000 euros "en un maletín y que él le acompañaría y lo olvidaría en un despacho" para que viera que no era para ellos. Mellet retiraría luego la petición "porque nos vio muy nerviosos".
El juicio por las comisiones de Mercasevilla se ha reanudado hoy con las declaraciones de los dos empresarios de La Raza Pedro Sánchez Cuerda y José Ignacio de Rojas. Sánchez Cuerda ha explicado que la idea de poner en marcha una escuela de hostelería surgió por "la necesidad de mano de obra cualificada" y ante la falta de un espacio adecuado en el restaurante. Para ello, se llevaron a cabo varias reuniones con el delegado de Empleo Antonio Rivas a las que siempre asistía el intermediador y exsindicalista Juan Lanzas, imputado también en la causa de los ERE fraudulentos. Según el empresario, ellos eran llamados a las reuniones como muestra de apoyo "al proyecto", ya que la subvención a la Junta la solicitaba la Fundación Mercasevilla.
A finales de diciembre de 2009, Mellet le llamó para comunicarle que le habían otorgado el 100% de la subvención que habían reclamado, que era de 900.000 euros. Ya en enero, hubo una reunión a la que asistieron Ponce y la exdirectora de proyectos Regla Pereira y en la que Ponce le comunicó que había "dos gastos imprevistos" que tendrían que afrontar los empresarios. El primero era de 150.000 euros para la cometida eléctrica de la nave donde se instalaría la escuela y el segundo era un "soborno de la Junta de Andalucía", ya que la administración solicitaba un porcentaje como comisión".
Ponce le llegó a decir, según Sánchez Cuerda, que para que viera que no era para ellos, "llevaría el dinero en un maletín y me acompañaría a un despacho donde lo olvidaría". "Pensé que me estaban robando", ha dicho tras aclarar que no recordaba "exactamente" si Pereira estaba delante, porque salió varias veces de la reunión.
En una segunda reunión, Sánchez Cuerda fue acompañado de su socio y la grabaron por recomendación de un alto cargo de la Junta. A ese encuentro asistieron Mellet y Ponce, quienes le ratificaron la petición del "soborno". No obstante, ante sus reticencias "intentaron ir buscando una solución legal" e incluso "una rebaja". Es más, nos pusieron "caramelitos", como que lograrían catering con la Junta y el Ayuntamiento, para que accedieran.
Sin embargo, días después Mellet le llamó "con actitud muy nerviosa" para decirles que "nos habían visto muy nerviosos y que nos olvidaramos de la comisión". Sánchez Cuerda, que ha reconocido la voz de Melket y Ponce en la grabación.
Por su parte el otro empresario, José Ignacio de Rojas, también ha ratificado que Mellet y Ponce intentaron cobrarle una comisión. "Nos decían que era una exigencia para la Junta", ha dicho, aunque él cree que parte sería para ellos. "Si a mi me mandan a robar unos abrigos, uno o dos es para mí", ha añadido.
"Nos vieron cara de tontos", ha asegurado De Rojas, que decidió hablar con un alto cargo de la Junta, Juan Gallo, al que conocía para exponerle lo que había ocurrido en la primera reunión entre su socio y Ponce. Gallo "se asombró y me dijo que la Junta no pide compensación y que tuviéramos cuidado porque nos estaban estafando".
La idea de la grabación ha dicho que era suya y que la entregó a Gallo, quien le dijo que "lo dejáramos en sus manos". De Rojas ha afirmado a las defensas, cuyo interrogatorio ha calificado de "tercer grado", que " en ningún momento tenían intención de entregar el dinero".
El juicio continua mañana con la declaración de cinco testigos, entre ellos el exconsejero Antonio Fernández y Juan Lanzas.
