En 1982, Juan Resquejo (Valladolid, 1955) vendió su exitoso negocio de restauración en Barcelona para venirse a Sevilla a desarrollar un trabajo que, finalmente, no se llevó a cabo. Ese «fiasco» le permitió vivir el nacimiento de la Administración andaluza «de la nada», lo que para él fue profesionalmente «muy bueno». Según este empresario, profesor de la universidad mejicana de Anáhuac, su empresa es «atípica» porque hace cosas que otras no hacen. El objetivo de su equipo es «sentirse realizados». Juan Requejo, propietario y director gerente de AT Clave, en la puerta de su sede en la calle Progreso de Sevilla. / PEPO HERRERA ¿AT Clave es una consultaría especializada en...? Los temas que tocamos son el medio ambiente, la línea verde, no el aspecto de reciclaje o contaminación; todo lo que afecta al desarrollo territorial, así como sistemas de información geográfica. ¿Cuándo nació la empresa y cuántos trabajadores tiene? En 1986 y tenemos 17. ¿Cuál es la clave para mantenerse tantos años? Somos una empresa bastante atípica. El elemento crucial es desarrollar un trabajo profesional que nos genere satisfacción, orgullo y un medio de vida. Todo junto. Si esto sólo fuera un medio de vida no estaríamos aquí. El sentirte realizado es muy importante y por eso hemos ido construyendo una empresa distinta que hace cosas que otros no hacen. La otra razón por la que sobrevivimos es que relacionamos dos mundos que se desconocen, el del territorio, la realidad y el trabajo de gabinete con las tecnologías informáticas y matemáticas más avanzadas. Por eso tenemos aquí personas que han estado en el CSIC, publicamos mucho en revistas internacionales... Aunque suene presuntuoso, tenemos un estilo más californiano que mediterráneo. Nosotros trabajamos con el conocimiento, sin renunciar a la investigación, pero muy pegados a las necesidades que tiene la sociedad. ¿Por qué cree que es distinta? Hemos vivido una crisis en la que una parte importante de las empresas han tenido que demostrar que son capaces de hacer lo mismo pero de forma más barata, bajando precios, y nosotros damos servicios que son diferentes. ¿En qué sentido? Integramos la investigación con la consultoría, que es algo que en California es muy frecuente y que en España no lo es. La investigación la suelen hacer funcionarios de las administraciones públicas y las empresas aplican metodologías muy consolidadas, validadas. Nosotros llevamos años haciendo investigaciones que luego podemos aplicar con solvencia y rigor absoluto. Por ejemplo, hace años hicimos una investigación con el CSIC para determinar las causas de la mortalidad de aves en los tendidos eléctricos, con financiación y apoyo de las empresas eléctricas. Obtuvimos resultados respaldados por la comunidad científica y nosotros aplicamos esa metodología. De ahí que la española Red Eléctrica esté, con su colaboración, entre los tres finalistas del Premio Europeo de Medio Ambiente en la categoría Empresa y Biodiversidad. Sí, hemos colaborado en un proyecto para Red Eléctrica de determinación de los corredores de vuelo de todas las aves en España que tienen interacción con las líneas eléctricas. Hay que conocer muy bien a las aves, con nombres y apellidos, y conocer muy bien las tecnologías más avanzadas en sistemas de información geográfica. Está entre los tres de los que saldrá el Premio Europeo de Medio Ambiente 2013-2014. El proyecto piloto se hizo en Andalucía y cuando se vio que funcionaba se trasladó al resto de España. ¿Cuándo se falla? El 1 de diciembre en Lyon. Que llegue hasta ahí un proyecto con participación de una empresa andaluza es muy raro. Sólo unas seis empresas españolas han optado a este premio desde, creo, 1987. No cree que la empresa andaluza esté preparada para llegar tan alto. Nuestro nivel tecnológico y de innovación no es de los más altos de Europa. Normalmente los sucesos referidos a temas de excelencia de este tipo suelen ser de empresas madrileñas, catalanas o vascas porque su desarrollo y densidad de empresas tecnológicas son mucho mayores. ¿De qué adolece Andalucía? El cambio producido en el tiempo que llevo en Andalucía, más de treinta años, es mucho, extraordinario, pero no se puede resolver todo en tan poco tiempo. La clave está en hacer algo que nadie haga. Si tienes un producto más barato, tarde o temprano estás perdido porque llegan otros, los chinos, los indios o quien sea que lo hará más barato que tú. No nos vale hacer cosas baratas, sino que sean buenas y diferentes. Y eso no es nada fácil. Creo que adolece de un conjunto de cuestiones relacionadas con una sociedad civil más compleja y más dinámica que tenga mayor propensión e interés en la innovación y en las actitudes de emprendimiento. Todo el mundo lo dice, pero no sabemos cómo arreglarlo. Está elaborando la Estrategia Industrial de Andalucía, ¿ahí se tratará esto? ¿Cuál es su objetivo? Sí, ganamos en UTE el concurso para hacer la Estrategia Industrial de Andalucía y ahí nos planteamos estas cuestiones. Uno de los aspectos en el que más queremos profundizar es en las oportunidades que tiene Andalucía de mejora tecnológica, de especialización inteligente, apoyado en su territorio y en sus recursos naturales. Será difícil superar a regiones europeas desarrolladas tecnológicamente en tema de aparatos, haciendo piezas de aviones, sí, pero la base territorial, la cultura, el medio ambiente son fundamento para desarrollos industriales agrícolas y de turismo. El objetivo del trabajo es procurar que el potencial de Andalucía se desarrolle de la más rápida y la mejor manera posible, y eso está relacionado con la innovación. Pero el turismo no lo es todo. La agroindustria es de aquí, las renovables también. Y Andalucía tiene un cierto papel en el contexto internacional no sólo por la aceituna sino por las termosolares de Abengoa. En el mar también se podría hacer mucho. ¿Cómo está el sistema energético español y su factura energética? Estamos haciendo desde Sevilla la evaluación ambiental del sistema eléctrico nacional para el Ministerio, y no está bien que yo haga declaraciones. Sólo le digo que la factura es tremenda y será mayor en los próximos años porque el combustible fósil no puede hacer otra cosa que subir de precio. La solución es difícil. ¿En qué otros países trabaja? Hemos trabajado en Marruecos, en Arabia Saudita, en América Latina... Por ejemplo, hicimos el plan de turismo de Bolivia. En estos momentos es más difícil trabajar fuera porque el diferencial entre conocimiento entre España y estos países era muy alto y pocas empresas españolas estaban interesadas. Ahora el diferencial no es tanto y hay muchas empresas operando. Para una pequeña empresa es difícil. ¿No prevé ampliar la empresa? El objetivo de AT Clave es seguir fiel a su forma de ser y eso tiene un tamaño. La empresa es un instrumento para lograr objetivos profesionales y personales, no un fin en sí mismo. Somos ambiciosos, pero no en tamaño. ¿Cuánto cayó su facturación con la crisis? Desde 2009 está más o menos mantenida, si bien 2010 fue peligroso. Sobrevivimos a ese tornado y ahora estamos estabilizados.