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Cultura

“Nos gusta pensar que hemos ayudado a brillar a los profesionales del teatro”

Lola Vargas-Zúñiga es la directora del Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía

el 21 sep 2013 / 08:00 h.

entrevista lola vargas Más de 20 años dedicados a los escenarios sin haber pisado nunca uno. Representa el lado más teórico y sereno del mundo del espectáculo. Lola Vargas-Zúñiga se puso al frente en 1990 del Centro Andaluz de Documentación de las Artes Escénicas. Asegurar la trascendencia y la permanencia en el tiempo de la obra de los creadores es la labor central de esta institución –ubicada en la desacralizada Iglesia de Santa Lucía– que ahora, en el peor momento económico de su travesía, ha abrazado con más ahínco que nunca la tarea de darse a conocer al público general promoviendo, cada mes, un amplio abanico de actividades en el centro. –Yendo a lo global. Ustedes representan un pequeño punto en el mapa cultural andaluz. Y, sin embargo, su consejería ahora engloba a Educación y Deporte. Malos tiempos, ¿no? –Intento mirarlo desde un punto de vista positivo. Hay sinergías que se deben y se pueden aprovechar. Nosotros recibimos aquí a 25 becarios de documentación, periodismo y otras disciplinas cada año. Por lo que nuestra relación con Educación es intensa. –Optimista es. Ahora se ha empeñado en que conozcan a este Centro en toda Andalucía. –A mí me gusta decir que esto es la Casa de la Escena. Y por eso debemos intervenir en toda la comunidad. Hemos comenzado a hacerlo en Jaén, pero hay muchos planes por desarrollar. –De biblioteca al uso, nada. –Nada de nada. Somos una vía de aproximación entre el profesional del mundo de las artes escénicas y el público. Tenemos 45.000 volúmenes aquí –todos de libre consulta y la mayoría de ellos en préstamo–, 150.000 imágenes desde el año 1800 a 2013 y más de 2.000 filmaciones. Pero, además de todo eso, somos un organismo vivo que promueve iniciativas propias y que siempre tiene la mano tendida a quien nos necesite. –¿Filman todo lo que se exhibe? –Tenemos aquí registrado en vídeo un tanto por ciento muy elevado de todo el teatro que se produce y se exhibe en Andalucía a cargo de compañías andaluzas. Así logramos que quede fijado el hecho escénico. Es una documentación valiosísima que, a buen seguro, lo será más conforme más tiempo pase por ella. Preservar la memoria de nuestras artes escénicas, esa es la finalidad central de este espacio. –¿En qué espejos se miran? –En pocos o en casi ninguno. No queremos parecer presuntuosos, pero no hay un centro igual a este en España. ¿Por qué?Primero por acoger en él manifestaciones teatrales, sí, también de danza, circo y magia. Y no nos hacemos cargo de la música y del flamenco sencillamente porque estos géneros tienen sus centros específicos –en Granada y Sevilla, respectivamente–. Segundo, por generar actividad y ser un centro abierto de par en par a quien quiera, simplemente, curiosear en nuestro archivo. Fomentamos la cultura, creamos afición. –¿Dos décadas defendiendo esta Casa de la Escena les supone que los políticos, más o menos, les dejen en paz? –Ha sido un trabajo tan meticuloso desde el comienzo que creo que nos hemos ganado el visto bueno. Siempre hemos recibido un apoyo total y confiamos que, desde todos los signos políticos, nos miren con aprecio. Trabajamos a demanda de un sector que brilla en Andalucía. Y todos los que aquí estamos somos personas que nos volcamos en la tarea con auténtica pasión. Queremos ser más y más conocidos. –¿Qué tesoros guardan? –¡Muchos! Tenemos el cartel original de La Barraca de García Lorca, los legados documentales de teatro del Lebrijano, Esperpento y Mediodía, Roger Salas... y, todo, insistimos, están disponibles. Nos sentimos muy afortunados por custodiar todo esto. Andalucía es una comunidad riquísima en ingenio. Asómese a la cartelera y mire cuántas compañías de primer nivel hay, repase el número de actores y actrices, de autores, de técnicos... Entre nosotros nos gusta pensar que este centro ha ayudado a brillar, que ha aportado un granito de arena, al éxito de las artes escénicas en el Sur. –¿Cómo interaccionan esos profesionales con ustedes? –Nos piden que les busquemos libros, vienen aquí a investigar. Hay obras que han comenzado a gestarse en el centro. Tenemos una estupenda química con el sector. Y esto lo notamos, además, cuando pedimos su colaboración para plantear las actividades. Todos ellos se ofrecen desinteresadamente a venir aquí, a compartir con el público su experiencia, a colaborar para que esto no sea un lugar que cierra a las siete de la tarde, sino que su corazón se mantiene en plena ebullición. –Y, sin embargo, tantos libros de teatro como conservan, este es el género menos leído de todos. Menos aún que la poesía. ¿Una catástrofe más del siglo XXI? –¿Recuerda aquella época en la que en las escuelas los alumnos leían teatro en clase?Ya no. ¡Qué pena! También esa es una reivindicación nuestra. Como verá hay muchos frentes abiertos. Hay intelectuales que opinan que algunos de los mejores versos de la literatura española están en las obras de teatro. Toda la razón, tienen toda la razón.

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