Economía

"Nuestra tecnología evita la pérdida de calidad de la cosecha"

Este empresario y su socio han creado una aplicación tecnológica para monitorizar los cultivos agrícolas para hacer ahorrar al agricultor. Los invernaderos almerienses son su objetivo, por ahora, porque ya trabaja en naranjales sevillanos.

el 05 ene 2015 / 09:00 h.

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José Luis Bustos Jiménez, CEO de la empresa tecnológica Brioagro Tech, de Mairena del Alcor. / CARLOS HERNÁNDEZ José Luis Bustos Jiménez, CEO de la empresa tecnológica Brioagro Tech, de Mairena del Alcor. / CARLOS HERNÁNDEZ ¿Cómo nació la empresa? –El detonante fue el acelerador de empresas del programa Impúlsame de Mairena del Alcor. Antonio Santos descubrió una manera de arreglar el problema del picudo rojo de las palmeras y necesitaba a alguien que desarrollara su idea desde el punto de vista empresarial y comercial. Un amigo nos unió y presentamos el proyecto. Entramos en Impúlsame (promovido por el Ministerio de Industria a través de la EOI y el Ayuntamiento de Mairena del Alcor) y nos ayudó mucho. –Pero apostaron por la monitorización de las cosechas, ¿por qué? –Hemos pivotado (entre risas). Aprendimos técnicas de la Singularity University, cuya cumbre se celebrará pronto en el colegio San Francisco de Paula, como la lean start para experimentar los problemas antes de tirarnos a la piscina. Nos hicieron pensar y vimos que teníamos que pivotar. El Impúlsame para nosotros ha sido clave. Con sensores escuchamos el ruido que hace el animal y en función de ese ruido determinamos el nivel de infección de la palmera. Pero llegamos tarde en nuestra tierra porque el nivel de infección en Andalucía es tan brutal que todo hay que tratarlo, da igual el nivel de infección. Así que hemos aparcado este proyecto. Y, hablando con un agricultor de Almería, nos pidió que monitorizáramos no una palmera, sino su invernadero. –¿Qué variables controlan? –En el ambiente, la luminosidad, temperatura y humedad. Y en el suelo, medimos a dos alturas, a 15 y 30 centímetros de profundidad, temperatura, humedad y conductividad, que es para saber si funcionan bien los fertilizantes. En agosto nos fuimos a Almería e hicimos un producto a medida para un invernadero de allí. –¿Vuestra tecnología sirve para cultivos al aire libre? –Sí, pero un invernadero es una maceta gigante en el que casi todo está controlado. –¿Y cuál es el coste para el agricultor? –Requiere una baja inversión. Tiene que pagar un dinero por el dispositivo, los sensores que colocamos en el invernadero o en el campo, y una cuota mensual por el servicio, porque estamos constantemente mandando datos. Se procesa todo en la nube, dependemos de internet y la red se ha abaratado mucho. –Os llaman el Google Analytics del campo. –Sí, es un símil que nos pusieron. Proporcionamos mucha información y tú tienes que manejarla, depende de ti. –Y con esa interpretación, ¿qué gana el agricultor? Cuándo regar ¿y qué más? –Sí, no hay que esperar a ver cómo se seca la tierra. Y, por ejemplo, si el producto tiene demasiado abono o sal, si se debe lavar o no. Evita el riesgo de pérdida de calidad del producto y se ahorra agua y fertilizante. Algunos agricultores nos han dicho que en unos meses con lo que ahorras regando ya es rentable. Muchas veces no te das cuenta de que un tomate está echado a perder hasta que no lo ves. –Ya hay sistemas parecidos en el mercado, ¿qué diferencia al suyo? –Que por primera vez hemos hecho un pack. Lo utilizan los investigadores y el desarrollo cuesta un riñón, pero nosotros ofrecemos un paquete ya creado para atender las necesidades del agricultor. –¿Para cuándo la comercialización? –Estamos en ello. Nuestro foco inicial es Almería. Allí la mentalidad es diferente. Son agricultores con invernaderos en propiedad en el 95 por ciento de los casos y con una agricultura intensiva. –Pero supongo que no quieren quedarse sólo en Almería. –Nuestro reto es Andalucía, ya hay contactos con Huelva, pero ahora nos vamos a centrar en Almería. Además, tenemos la colaboración del equipo técnico del SAT Costa de Nijar. Ellos están certificando que hacemos lo apropiado. Y, además, estamos experimentando con naranjos en una finca de naranjas ecológicas de Mairena del Alcor. En Estados Unidos se registró un 40 por ciento de ahorro de agua con tecnología similar en fincas también de naranjos. Aquí el objetivo es ahorrar en energía, en la factura de la luz, que es la gran preocupación del agricultor en estos momentos. –¿Habéis tenido ayuda económica para arrancar? –Sólo recursos propios, si bien con Impúlsame hemos tenido una formación y mentorización brutal. Y voy a seguir elogiando a Impúlsame porque el punto culmen del proceso es cuando te presentan a inversores. Y nosotros estamos negociando con tres ahora mismo. Si bien nuestro proyecto es autofinanciable, con poquitas ventas ya es rentable.

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