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"Nuestros vestidos de novia no superan los 699 euros y son de primeras marca"

Verónica Lobato (Sevilla, 1981) es una empresaria de contrastes. Esta abogada que montó su propio despacho especializado en divorcios hace tres años ha decidido lanzarse al mundo de las bodas.

el 19 ene 2013 / 19:43 h.

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33 Dolores Tirado y Verónica Lobato son las artífices de Novias Outlet Sevilla, en la calle Resolana de la capital hispalense.

Verónica Lobato (Sevilla, 1981) es una empresaria de contrastes. Esta abogada que montó su propio despacho especializado en divorcios hace tres años ha decidido lanzarse al mundo de las bodas. En concreto, a vender vestidos de novia de primeras marcas a menos de 699 euros en su tienda de la Resolana, con el fin de dar respuesta al mercado que más padece la crisis. Su espíritu emprendedor es el que le motiva. 

-¿Qué es lo que le lleva a abrir una tienda de novias outlet?
-Hace tres años monté mi propio despacho de abogados y, como ya estaba encarrilado, pensé en nuevas ideas para abrir negocios porque trabajar para otros no me gusta. Estaba buscando vestidos de fiesta para una boda en septiembre en internet. En esa búsqueda di con una tienda que vendía vestidos de novia por 100 euros y me dio la idea, porque pensé que la gente, a pesar de la crisis, se seguía casando pero necesita reducir los costes. Me puse en contacto con esa tienda pero no me convenció, así que decidí hacerlo por mi cuenta. Empecé a ponerme en contacto con las firmas para ver si era posible, porque en mi proyecto quería que primaran la calidad y las cosas bien hechas.

-¿Tiene vestidos de segunda mano?
-No. Son vestidos nuevos y de primeras firmas, como Pronovias, Rosa Clará o Fran Sarabia y cuyo precio en sí es bastante costoso. Lo que sucede es que son de campañas anteriores, del stock de las propias firmas. Por esa causa, tenemos vestidos únicos, es decir, no funcionamos bajo pedido, aunque contamos con una modista que arregla el vestido que elijas.

-¿De qué precios estamos hablando?
-Van desde los 299 a los 699 euros. En el mercado, lo normal es que te cuesten entre 2.000 y 3.000 euros. Te ahorras mucho dinero y ésa era mi idea desde el principio, que fueran buenos vestidos de primeras marcas pero a precios asequibles, para la gente que está sufriendo en primera persona el problema del paro.

-Abrió en diciembre. No sé si puede hacer balance de cómo va el negocio.
-Hay mucho movimiento, y eso que los comerciales nos comentaban que diciembre no era un buen mes. Sin embargo, tenemos bastantes pedidos y citas.

-¿Su plan de negocio contempla una expansión?
-Tengo muchas ideas y propósitos, pero no lo quiero contar porque antes quiero ver cómo va.

-¿Hay más negocios como el suyo en Sevilla?
-Estuve mirando por la capital y este formato en concreto no existe, con firmas de diseñadores reconocidos. De hecho, me he planteado que es fácil de reproducir y copiar, pero es lógico cuando eres la primera en poner en marcha una idea de este tipo.

-¿Qué perfil de cliente se ha encontrado hasta ahora?
-Pues la verdad es que vienen mujeres de todo tipo. Hay gente que se acerca a nuestra tienda porque no tiene mucho dinero y quiere ahorrar lo máximo posible a la hora de celebrar su boda y otra que, aunque tenga, ve que son trajes de firma y que pueden destinar ese dinero a otra cosa. De hecho, hay clientas que dicen que no se van del establecimiento sin un vestido comprado porque ése es el presupuesto que se han marcado.

-¿Ha barajado la posibilidad de ampliar el negocio ofreciendo otros vestidos, como el de madrina?

-Estamos valorándolo. De hecho es una de las ideas que tengo para expandir el negocio, pero por ahora el local es pequeño y estamos a la espera de que lleguen los zapatos y complementos. Colaboramos con ONG para que nos hagan artículos artesanales para bodas que podamos vender en nuestra tienda.

-¿Cree que el negocio de las bodas no caerá en declive?
-No me considero experta en el sector, pero es cierto que yo tengo cinco bodas este año, es decir, que no creo que sea algo que decaiga a pesar de la crisis aunque sí el gasto total en la celebración, donde se incluye el vestido.

-Antes de abrir este negocio, montó un despacho de abogados y es experta en divorcios... Como poco, sorprende.
-Soy abogada especialista en Derecho de Familia, pero la antítesis entre los dos negocios fue absolutamente casual. En el caso del outlet vi un filón al estar las cosas como están en la actualidad.

-¿Contó con alguna ayuda a la hora de montar el segundo?
-Poner en marcha un negocio necesita de mucho dinero y yo tiré de fondos propios, tenemos pensado pedir subvenciones pero cuando abrí el despacho no me dieron ninguna. Ni siquiera he ido al banco, porque ya me he preocupado de ahorrar y contar con lo suficiente para tener la tienda en marcha un año. Si va bien, estupendo y, si no, a otra cosa. A lo mejor dentro de cinco años la crisis ha pasado y ya no funciona el negocio. Entonces buscaré otro.

-Es de las que ve la crisis como una oportunidad.
-De hecho, en otro momento no lo hubiese montado y a lo mejor me hubiera lanzado a por otra oportunidad. Tengo iniciativa empresarial porque llevo desde los 17 años trabajando para sacarme la carrera e incluso aprobé las oposiciones para Correos, donde estuve unos años. Pero mi vocación era la abogacía y monté M&L Global Abogados.

-En esta aventura no va sola.
-Me acompaña la madre de mi novio, que es auxiliar de clínica y ha trabajado para el SAS de manera intermitente, pero últimamente con los recortes no la llaman, así que nos asociamos, de manera que yo conseguía mi sueño de montar un segundo negocio y para ella era una manera de autoempleo. Además, siempre es bueno tener a alguien de confianza a tu lado.

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