Los vecinos de la calle San Felipe, en Santa Catalina, vuelven a plantar cara a la cervecería El Tremendo, después de que el local fuera clausurado temporalmente hace unos meses por incumplir la Ley Antibotellón. Dicen que con el verano se ha "desbordado" de nuevo y que, a diario, sus clientes consumen alcohol en plena vía pública. Mañana presentarán una nueva denuncia a Medio Ambiente.
Las salidas de las rubias a la calle traen de cabeza a los residentes de San Felipe, que desde hace más de medio siglo conviven con la mítica cervecería El Tremendo en el céntrico entorno de Santa Catalina. Si el pasado mes de abril, sus quejas lograron echar el cierre de forma provisional de este local por el consumo de alcohol en la calle y éste se comprometió a cumplir la Ley Antibotellón, los vecinos critican ahora que tanto El Tremendo como los dos bares colindantes (El Cangrejo y La Cabaña) han vuelto a saltarse la normativa.
Explican que el calor ha vuelto a concentrar a "grupos muy numerosos de gente" bebiendo cervezas a las puertas de estos bares, con las consiguientes molestias para los residentes. "Está igual que antes. La gente sale a la calle con la caña en la mano", aseguran los vecinos, que añaden que "lo peor" son los fines de semana. Y es que como bien recuerdan El Tremendo incumple además con su licencia de veladores, por la que sólo puede colocar tres mesas y cuatro sillas, por los que según sus cálculos, "debería haber en la calle 12 personas" y no "más de una treintena" como han llegado a contar los vecinos en los meses de julio y agosto.
Para evitar que se repita la misma situación de hace unos meses, el martes los vecinos decidieron en una reunión que mañana presentarán una nueva denuncia en la Delegación Municipal de Medio Ambiente. "No tenemos nada en contra de estos establecimientos, pero no queremos que sigan al margen de la ley". En el escrito piden a Medio Ambiente que tome medidas para evitar el consumo de alcohol fuera de los bares, como ya recoge la Ley Antibotellón.
"No podemos permitir esta permisividad. Si el Ayuntamiento no vela por su cumplimiento, seremos nosotros los que estaremos ahí para recordárselo", aseveran los vecinos quien aclaran que la cuestión no es insonorizar los bares [en alusión a las reformas del Tremendo para abrir tras la clausura de abril] sino que la gente no salga a beber a la calle".
