La revolución en el mundo árabe continúa con fuerza, y ahora son los regímenes de Siria y Yemen los que están en apuros ante la pujanza de las revueltas de dos pueblos que exigen cambios en sus respectivos gobiernos, aunque los dictadores, de momento, no ceden.
En Siria, al menos murieron ayer 20 personas después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra una protesta, mientras que en Yemen los disparos fueron al aire, también para frenar una manifestación.
Según explicaron las fuentes consultadas por Europa Press, las fuerzas de seguridad sirias "abrieron fuego indiscriminadamente" contra los cientos de manifestantes que ayer salieron a la calle para reclamar "libertad". Los manifestantes de Hanah -la cuarta ciudad más importante, con 700.000 habitantes -gritaron frases en apoyo a las protestas de Deraa, una ciudad del sur del país que se ha convertido en el epicentro de las movilizaciones reformistas contra el régimen y en la que al menos 44 personas han muerto esta semana a manos de las fuerzas de seguridad.
A pesar de la fuerte represión, el ministro de Información sirio, Mohsen Bilal, afirmó ayer que la situación está "totalmente pacificada en todo el país" y denunció que los recientes incidentes en Deraa en el conjunto de Siria han sido causados por "terroristas". "La situación está totalmente pacificada en todas las provincias sirias", aseguró Bilal en declaraciones a la Cadena SER recogidas por Europa Press. Ante esta grave crisis política, EEUU condenó "enérgicamente" la "brutal represión contra los manifestantes" sirios.
No es mejor la situación en Yemen. Las fuerzas de seguridad yemeníes se desplegaron por la capital, Saná, para impedir las manifestaciones del Día de la Partida, convocada por la oposición contra el presidente de Yemen, Alí Abdulá Salé, y en la que se espera la participación de decenas de miles de personas al término de la oración del Viernes. Los manifestantes que permanecen acampados desde hace seis semanas en el exterior de la Universidad de Saná convocaron el Día de la Partida a imitación de las movilizaciones que acabaron en febrero con el régimen de Hosni Mubarak, en Egipto.
Salé invitó a los jóvenes yemeníes a formar su propio partido político e insistió en que está dispuesto a entregar el poder pero sólo a "manos seguras" durante un acto multitudinario en su apoyo en Saná.
barhein y jordania. Esta ola de protestas también llegó a Barhein, donde ayer, los activistas antigubernamentales convocaron protestas por todo el país desafiando la prohibición de las concentraciones públicas en aplicación del estado de emergencia aprobado la semana pasada. La ONU reclamó al Gobierno de Bahrein que no usara la fuerza.
En Jordania, por su parte, decenas de jóvenes se concentraron ayer en la ciudad Amán para pedir la disolución del Parlamento, un gobierno elegido democráticamente y reformas constitucionales.
Además, afirmaron que se debía luchar contra la corrupción y disminuir la presión económica sobre los ciudadanos.
