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Nunca hubo fosas en Alfacar

Culminan los trabajos de excavación sin que se hayan encontrado restos humanos ni evidencias de fosas.

el 18 dic 2009 / 10:37 h.

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Comienzan las excavaciones en la fosa de Lorca / El Correo
Bajo la tierra de Alfacar (Granada) no se ocultaba la memoria, sólo un puñado de piedras, alcorques de viejos viñedos, raíces, cristales y latas de conserva. No es que el equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada no haya dado con los restos que buscaba de cuatro fusilados en la Guerra Civil, es que ha quedado demostrado que en esa loma pedregosa nunca ha habido fosas comunes ni enterramiento alguno. Aquello pudo ser un lugar donde dar muerte, a tenor del testimonio de numerosos vecinos, pero nunca se convirtió en sepultura. Allí no hay nadie, ni los que ansiaban encontrar sus familiares -los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí, el restaurador Miguel Cobo y el funcionario Fermín Roldán- ni los que supuestamente los acompañaron en el paseíllo pero a los que sus familias querían mantener donde quiera que estén -el poeta Federico García Lorca y el maestro Dióscoro Galindo-. Francisco Carrión, responsable de la excavación y miembro del Instituto Andaluz de Geofísica, no pudo ser más claro ayer: "La posibilidad de que allí hubiera algo es ninguna, nunca se realizaron fosas de enterramiento ni han existido restos óseos humanos. El estudio es contundente y no deja lugar a dudas".
La consejera de Justicia , Begoña Álvarez, fue la encargada de presentar ayer el informe preliminar de la primera y finalmente última fase de los trabajos de exhumación. Tras el examen "palmo a palmo" de las seis áreas acotadas en octubre, queda claro que la roca encontrada a unos 40 centímetros de la superficie hacía "imposible" la existencia de nada más abajo, dada su consistencia, cuando una fosa debe estar a un metro o metro y medio de profundidad si los asesinos no quieren que el paso del tiempo descubra su obra. Los alcorques de viñas hallados a entre 20 y 35 centímetros de la superficie justificarían la señal del georradar por la que se han guiado los trabajos, que notaba movimientos de tierra, aunque a mayor profundidad. Los cálculos, por tanto, no han sido precisos. Las conclusiones del estudio revelan como "sorprendente" el hecho de que el suelo contiene muy escasos "niveles sedimentarios", capas de tierra donde podrían localizarse fosas o restos. Los expertos aclaran que el suelo es tan duro que por eso lo poco que se ha encontrado estaba en un nivel muy elevado, casi a ras de suelo.
Tras la primera fase de trabajo en cuatro zanjas, que fue infructuosa, se amplió el trabajo a dos más, junto a dos olivos históricos que algunos investigadores señalaban como tumba de Lorca y sus compañeros, pero sólo se han hallado raíces que hacían inviable la existencia de una fosa.
No hay ni balas ni casquillos ni esquirlas de hueso ni restos de ropa, aunque en una roca caliza sí se ha detectado un impacto de bala, del que los especialistas no pueden determinar en qué época se produjo ni si procede de una pistola, un fusil o una escopeta de caza. Lo único que se ha descubierto como real son "numerosas alteraciones" en el suelo en los últimos 20 años, entre ellas, las "acanaladuras" realizadas para levantar el parque que bautiza Lorca junto al olivo y el monolito que marcaban su supuesta fosa. Allí están las acometidas de luz y de agua y algunos restos de la obra. Nada más. Tras dos meses de trabajo, se ha rastreado una superficie total de 267,75 metros cuadrados y se han extraído 75,76 metros cúbicos de sedimentos, arrancados al monte con pico y pala por cinco arqueólogos. Al menos, sostiene Carrión, los datos recabados servirán para conocer geológicamente la zona.
foco artístico. La contundencia del revés, la fosa vacía, no hay que entenderla, según la consejera, como un "fracaso", sino como un "impulso para seguir avanzando en la recuperación de la memoria histórica". Quiere que los ciudadanos que cada 18 de agosto -la noche en que mataron a Lorca- se concentran en el parque para recordar a los fusilados del 36 lo sigan haciendo, ya que el espacio es ahora "un mito, porque allí murió mucha gente". "Intentaremos ahora asociarlo al arte y a la vanguardia, cambiar lo que ha significado hasta ahora, como algo del pasado oscuro o recalcitrante", sostuvo Álvarez. En un futuro cercano se ubicará en la zona una "instalación" de un artista "de primera fila" que simbolice ese deseo de concordia.
Como no habrá que catalogar cuerpos ni hacer exámenes de ADN, el dinero se derivará a este uso cultural. Esa escultura, monolito o composición se va a pagar con el dinero que restaba de los casi 70.000 euros con que la Junta financió los trabajos, a través de la Asociación Granadina de Memoria Histórica. Precisamente su presidenta, Maribel Brenes, reconoció que, ante la ausencia de cuerpos, es obligado ahora replantear "desde cero" la investigación histórica que aclare dónde están los fusilados. "Hay que volver a estudiarlo todo", sostiene. Es lo que desean los familiares de los desaparecidos, que piden que se busque en los alrededores, porque los restos deben estar cerca. Los Lorca, de nuevo, guardaron silencio ayer.

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