Obama no ha pisado España y Rajoy ha vuelto a la canción aznarista de que EEUU no nos quiere por culpa de Zapatero, a llorar por los tiempos en los que su jefe se entendía con Bush. Tras repetir durante un mes que hay que hablar de lo que le interesa a la gente, trae a primer plano este tema por el que andamos preocupadísimos y ha hecho como que se olvidaba de que el candidato es eso, un candidato, y hace la campaña electoral que le interesa para buscar votos en su propio país.
Por eso no ha viajado a Bruselas sino a la Europa que es Europa para sus posibles votantes: el Berlín de Kennedy, el Londres hermano y París, porque para todos ellos la Europa ideal es París.
La pregunta sería: ¿por qué España, que colonizó la mitad de aquel territorio dejando millones de huellas (10.000 lugares con nombre español), no cuenta? Pues porque para la derecha española no hubo más lazos en 150 años que los de las novelas de El Coyote. Los valores de EEUU -como los de la Revolución Francesa- no eran los nuestros.
Sólo en la II República se dieron otras conexiones y no es casualidad que la Brigada Lincoln fuera la más nutrida de las Internacionales, ni que muchas figuras democráticas -Fernando de los Ríos, Juan Ramón, Salinas, Severo Ochoa?- se exiliaran allí. Sus ideas son las que hay que poner en USA para ser alguien y no las que se piensan con los pies encima de una mesa.
Escritor e historiador
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