Irán ha vuelto a desafiar a Occidente. Ayer se descubrió que tiene una instalación nuclear secreta, algo que enfureció a los líderes mundiales con el presidente de EEUU, Barack Obama, a la cabeza que exigió al presidente iraní, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, que permitiese inspecciones internacionales "exhaustivas".
En una comparecencia ante los medios de comunicación antes de que la cumbre del G-20 en Pittsburgh comenzara ayer sus actividades, los líderes de EEUU, Francia y el Reino Unido aseguraron, en un lenguaje inusualmente duro, que Irán debe cooperar con las inspecciones "por completo y de manera sustancial".
"Esta planta profundiza la creciente preocupación de que Irán rehusa respetar sus responsabilidades internacionales", sostuvo Obama, quien recordó que "no es la primera vez que Irán ha ocultado información sobre su programa nuclear", en alusión a la otra planta de enriquecimiento de uranio, en Natanz, que se dio a conocer en 2002.
Esta denuncia se hizo justo un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU se comprometiese a redoblar la lucha contra la proliferación de los arsenales nucleares y a promover su reducción. Además, hace sólo un par de días, Ahmadineyad anunció en la ONU su compromiso de participar en el proceso de construcción de una paz duradera. De hecho, ayer insistió en que Irán cumple las reglas del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y dijo que esta agencia podrá investigar su plantas nucleares.
El descubrimiento de esta planta nuclear secreta se ha producido pocos días antes de que representantes iraníes se vayan a reunir en Ginebra con el G6 -EEUU, China, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania- para tratar sobre su programa nuclear, en un encuentro el próximo 1 de octubre, que ha cobrado una importancia vital.
Según Obama, en ese encuentro Irán deberá ofrecer una cooperación "total y exhaustiva" con el OIEA y "tomar medidas que creen confianza y transparencia en su programa nuclear".
Por su parte, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, advirtió de que "si para diciembre no hay un cambio profundo por parte de los líderes iraníes, habrá que adoptar sanciones". "No podemos dejar que ese país gane tiempo", sostuvo Sarkozy, que aseguró que después de que se haya constatado la existencia de la planta "hay que poner todas las opciones sobre la mesa".
En un sentido similar se manifestó Brown, quien indicó que "la comunidad internacional no tiene más remedio que decir que hasta aquí hemos llegado".
A estas crítica a Irán se sumaron ayer el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y el Gobierno chino, que exigieron a Teherán que "coopere plenamente" con el OIEA. Medvédev dijo que Rusia "sigue decidida a mantener un diálogo serio para establecer una vía eficaz de eliminar las inquietudes de la comunidad internacional sobre el programa nuclear" iraní.
El Gobierno chino se manifestó en términos similares y por boca del portavoz del presidente Hu Jintao, Ma Zhaoxu, instó a Teherán a que coopere con las investigaciones del organismo.
Fabricar bombas. La instalación secreta se encuentra cerca de la ciudad de Quom, a unos 160 kilómetros al suroeste de Teherán, está camuflada en el interior de una montaña y cuenta con cerca de 3.000 centrifugadoras, una cantidad insuficiente para enriquecer uranio con fines civiles pero sí bastante para fabricar una o dos bombas atómicas al año, según fuentes de EEUU.