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Obsesión con ciudadanía

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha vuelto a dar una vuelta de tuerca más a su especial interpretación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Cuando hace sólo unos días que la Fiscalía General del Estado anunció que recurrirá ante el Supremo la última sentencia del alto tribunal andaluz sobre esa asignatura...

el 15 sep 2009 / 04:02 h.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha vuelto a dar una vuelta de tuerca más a su especial interpretación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Cuando hace sólo unos días que la Fiscalía General del Estado anunció que recurrirá ante el Supremo la última sentencia del alto tribunal andaluz sobre esa asignatura, un nuevo fallo de la sala andaluza contribuye a confundir un poco más la visión que a algunos padres se les está dando de una disciplina escolar que sólo desarrolla valores consagrados en la Constitución. Pero una parte del TSJA parece no entenderlo así. Esta vez ha decidido anular las referencias de la asignatura a lo que denomina: a) 'ideología de género'; b) actitud crítica ante los estereotipos homófobos; c) fomento del respeto a las diversas opciones vitales de las personas; y d) rechazo a cualquier discriminación por razón de género. Para el alto tribunal los anteriores enunciados vulneran el principio de neutralidad ideológica que deben preservar los poderes públicos. Y expresiones semejantes son una ilícita invasión de la ética, el derecho y la moral de los escolares, viene a decir ahora una sala con fama probada de conservadora. La sentencia anula sólo cuatro expresiones del articulado de la asignatura que en ningún caso puede impedir que ésta siga impartiéndose. Pero sí cuestiona objetivos y conquistas sociales que deberían protegerse a toda costa desde la infancia. Rechazar que se enseñen valores que desprecien la discriminación por razones de género o insten a repudiar los estereotipos homófobos no puede ser interpretado como un derecho de la libertad de los padres para instruir a sus hijos en una sociedad moderna e igualitaria como pretende ser la española. Porque educar en lo contrario sería adoctrinar casi en el delito. Los dos jueces del quinteto que forma la sala del TSJA así lo han debido percibir para votar en contra de una sentencia que sólo supone otro palo en la rueda de una impecable asignatura más necesaria que nunca.

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