-¿Cómo están las cosas en Irán después de las últimas revueltas?
-Las protestas van en aumento y las universidades se manifiestan cada día. A diario hay trabajadores en huelga en una parte u otra del país. Desgraciadamente, la violencia por parte del Gobierno es cada vez mayor y cada día hay más detenidos. Pero estas detenciones no van a hacer que ese nivel de protesta baje.
-¿Vemos desde Occidente todo lo que está ocurriendo allí o sólo una pequeña parte?
-No, ustedes no están viendo lo que está pasando en Irán, aunque no tienen la culpa de no verlo tal y como es porque el Gobierno ha expulsado a todos los periodistas de Irán y ha detenido a otros muchos. Según Periodistas Sin Fronteras, Irán es el país que cuenta con más periodistas bajo arresto.
-El régimen de Ahmadineyad culpa a Occidente, en especial a EEUU, de instigar las revueltas. ¿Qué opina usted?
-Si el Gobierno fuera realmente justo y hubiera escuchado a la gente las cosas no habrían llegado hasta el punto en el que están. El Gobierno iraní, como no quiere aceptar su propia responsabilidad, se la pasa a otros.
-¿Reside usted en Irán ahora? ¿Cómo es su vida allí?
-Sí, mi casa y mi esposo... Lo tengo todo en Irán. Un día antes de las elecciones vine para un seminario a España. Cuando estaba a punto de salir de vuelta a Irán detuvieron a un gran numero de personas, a muchas las ejecutaron y expulsaron a periodistas extranjeros. Mis compañeros me pidieron que no volviera, que fuera a la ONU a explicar lo que estaba pasando.
Fui a Nueva York, tuve una entrevista con Ban Ki-moon [secretario general de la ONU] y en diciembre de 2009 la propia Asamblea General reconoció que la agresividad por parte del Gobierno era de verdad. Fue una gran victoria para el pueblo iraní.
-Usted dijo cuando recogió el Nobel que quien defiende los Derechos Humanos en Irán tiene miedo. ¿Lo tiene usted?
-Cualquier persona, sea yo u otra, que defienda los Derechos Humanos, está en peligro en Irán. Todos mis amigos están en la cárcel o en libertad después de pagar una fianza bastante elevada. Una de estas personas es un compañero de ustedes, es un periodista kurdo acusado de haber creado una ONG. Y por esa acusación le han caído diez años de cárcel.
-Hace algunos años, usted apoyó la Revolución Islámica. ¿Se arrepiente ahora de ello?
-Los objetivos de la Revolución eran la independencia y la libertad. Y nos decían que gracias a ella alcanzaríamos esos objetivos. Hasta la fecha, creo en los ideales de la Revolución Islámica. El tema está en que las personas que llegaron al poder tras la Revolución están descarrilados de esas metas.
-¿Estamos ahora ante otra revolución?
-No. Yo creo que ya ha pasado el tiempo de las revoluciones, con ellas nadie conseguía nada. La gente está cansada de tanto derrame de sangre y quieren una reforma. Y por eso, aun con la violencia y todo lo que está pasando por parte del Gobierno, la gente sale a la calle y eso hace que el Ejecutivo esté todavía más enfadado.
-Mahmud Ahmadineyad [presidente iraní] parece inteligente. ¿Lo es?
-Yo nunca me he encontrado cara a cara con el señor Ahmadineyad. Un buen político, un político inteligente, es aquel que hace todo lo posible para que día a día sus aliados sean más. En su caso, cada día más personas de las que le apoyan, le dejan.
-Usted recogió el Nobel sin velo. ¿Cómo ve su prohibición?
-En países islámicos como Irán obligan a la mujer a llevar el pañuelo. Y en países como Alemania o Francia, con el sentido de obligación, se les quita. Y yo me pregunto: ¿por qué no dejáis que la mujer sea libre y que haga lo que quiera? Yo no llevo el pañuelo, pero creo que es un derecho de cualquier persona el llevarlo si quiere.
-¿Por qué las leyes del Islam son tan frecuentemente malinterpretadas?
-Hay que preguntarse cuándo han empezado esas interpretaciones sobre el Islam. ¿Por qué no las había hace 40 años? Esto pasó al final de la Guerra Fría, cuando desapareció la URSS. EEUU buscaba un nuevo enemigo y se inventó esa teoría errónea del choque entre civilizaciones.
-Pero son los propios partidarios del Islam quienes lo llevan al extremo...
-Sí, es realmente así. Un Islam radical y violento ayuda a ese choque de civilizaciones. Pero, ¿quién creó ese Islam radical? ¿Cómo se creó el grupo talibán? Cuando la Unión Soviética invadió Afganistán, EEUU quiso usar el Islam para frenar la expansión del comunismo y con el dinero que le dio a Pakistán, los talibanes crearon colegios para fomentar esas ideas radicales. Y claro, cuando desapareció la URSS [los talibanes] ya no eran necesarios. Pero la semilla que plantó Estados Unidos acabó creciendo.