La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a ocho años y siete meses de prisión a C.B.C., acusado de maltratar, intentar asfixiar y pretender clavar un cuchillo de cocina de 22 centímetros de longitud a su esposa, con la que se encontraba casado desde hacía más de 50 años y con la que comparte seis hijos.
La celebración del juicio por esta causa estaba prevista para el pasado 14 de octubre. Sin embargo, el entonces acusado aceptó la pena finalmente impuesta por la Audiencia, por lo que el juicio no llegó a celebrarse.
Según detalla la sentencia emitida por la Sección Cuarta, a la que tuvo acceso Europa Press, durante años el acusado sometió a su esposa -identificada con las iniciales D.R.- a un trato "vejatorio y humillante".
La sentencia de la Audiencia indica también que el condenado llegó en varias ocasiones a golpear a su esposa "con puñetazos, guantazos o patadas en el vientre", mientras que en una fecha próxima al mes de julio de 2007, un día en que se encontraban ambos en el domicilio común, el procesado "se dirigió a ella portando un cuchillo de grandes dimensiones y atemorizándola nuevamente diciéndole que le iba a cortar el cuello".
Tras estos hechos, "y temiendo por su vida", la víctima huyó del domicilio y se trasladó por unos días a casa de una hija, aunque posteriormente reanudó la convivencia matrimonial, añadiendo la Sala que la mujer nunca llegó a poner en conocimiento de las autoridades estos hechos "por vergüenza, por miedo a represalias o por querer cuidar a su marido debido a las enfermedades que éste padecía".
La Audiencia indica que el 13 de enero de 2008, y tras discutir con motivo de la cena, la mujer se acostó en su dormitorio, pero a continuación el acusado cogió un cuchillo de cocina y se dirigió hasta el referido dormitorio, donde se dirigió hacia su esposa, "y con la manifiesta intención de acabar con su vida", intentó clavarle el cuchillo que llevaba en la mano derecha mientras intentaba asfixiarla con la mano izquierda.
"No he matado a mi mujer porque no he podido". Fue lo que la Guardia Civil oyó ese día cuando se personó en el domicilio del matrimonio. El condenado intentó matarla con un cuchillo. La mujer trató de arrebatárselo y el marido continuó golpeándola, a pesar de que varios vecinos se asomaron por sus ventanas y le pidieron que parase.
Estos vecinos consiguieron entrar en la casa derribando la puerta, lograron separarlos a ambos y, finalmente, pudieron arrebatarle el cuchillo.
