Aún no hay fecha para su apertura, pero las obras en la zona museística de la Encarnación, el bautizado como Antiquarium, ya han acabado. Esta vez sí en plazo y tras seis meses de trabajos y una inversión de 5 millones de euros del Plan 5.000 estatal. Antes, eso sí, se necesitaron más de ocho años para desenterrar la historia que guardaban esos suelos y ocho millones de euros.
Para que el público pueda admirar los restos del periodo romano, desde Tiberio hasta el siglo VI, y la casa islámica almohade de los siglos XII y XIII, sólo quedan las pruebas de iluminación, electricidad y equipos multimedia, así como la colocación de carteles informativos y remates de última hora, según informó el Ayuntamiento, que tiene previsto estrenar el espacio la próxima semana.
La zona museística bajo los parasoles de la Encarnación sería la segunda área que se abre, tras el mercado de abastos, del proyecto Metropol Parasol, que está previsto que esté terminado al cien por cien para la Semana Santa, según el Consistorio, casi cuatro años más tarde de lo estimado inicialmente. Por ahora, cada día hay menos andamios y la empresa encargada del proyecto, Sacyr, sigue con la comercialización de los locales comerciales, del restaurante de la zona más alta y de la plaza en el primer nivel.
El delegado de Urbanismo, Manuel Rey, que visitó ayer el Antiquarium, remarcó que se instalaron seis mosaicos romanos que ocupan una superficie de 125 metros cuadrados, así como unos 400 metros de pasarela para recorrer los restos.
En sus casi 5.000 metros cuadrados se hallan tres espacios diferentes: un paseo arqueológico de unos 550 metros cuadrados, la sala arqueológica con los restos (3.300 metros cuadrados) y la zona multiusos, de casi 1.000 metros cuadrados con acceso independiente si se desea. Las exposiciones temporales se harán en esta zona y la primera de ellas, según la pretensión del Ayuntamiento, será la del Tesoro del Carambolo. Sin embargo, aún no hay fecha para el traslado de sus 21 joyas de oro.
El museo está cerrado por una membrana de vidrio de 1.100 metros cuadrados que envuelve todo el espacio e incide espacialmente sobre la ruina suspendiendo muros colgantes y linternas de luz. El sistema de iluminación destaca con sus 400 proyectores de luz blanca, 600 metros cuadrados de leds blancos y 500 de diferentes colores que marcan el recorrido.
El Antiquarium bajo las setas se incluyó en el proyecto turístico Cardo, un itinerario que unirá la zona Sur del Casco Histórico con la Norte gracias a una entrada conjunta con el Alcázar. El Cardo era una de las dos vías principales que articulaban la ciudad romana, dispuesta en cuadrículas y que se desarrollaban a partir de dos ejes principales, Cardo (norte-sur) y Decumano (de este a oeste).