El movimiento 15-M ha vuelto a ocupar otro edificio, el séptimo, en la ciudad. En este caso se trata de un bloque de ocho pisos de nueva planta, situado en el número 5 de la calle Melchor de Alcázar, en el Cerro del Águila, propiedad de la promotora inmobiliaria Inversiones Emperador. Son viviendas de dos y tres dormitorios –una de ellas, un ático–, que estaban en venta por 135.000, 150.000 y 175.000 euros, pero que debido a la crisis no encontraban comprador y, por tanto, llevaban vacías desde que se acabaron hace más de un año.
El cartel de se vende, que hasta ayer pendía de su fachada, ha sido tapado por otro que denuncia que haya personas sin techo mientras hay viviendas deshabitadas.
La ocupación tuvo lugar la pasada semana. Ocho familias –16 adultos y unos 14 menores– se han constituido como la Corrala La Unión, empleando el término con el que el 15-M viene bautizando estas ocupaciones.
Fina es una de las nuevas habitantes del bloque. Es vecina del barrio, como la mayoría de estas familias, y hasta hace algún tiempo tenía trabajo y vivía de alquiler. Primero la despidieron y luego la desahuciaron. “Somos personas normales, como muchos ciudadanos que lo están pasando mal. Necesitamos un techo y estos pisos llevan años vacíos”, aseguró ayer a este periódico desde el balcón del bloque, que no dispone de luz, agua, ni mobiliario.
Francisco Sanmartín, uno de los representantes del 15-M del Cerro, desplazado al lugar, explicó que el edificio está embargado por Hacienda a la inmobiliaria, extremo que no ha podido confirmar este periódico. Tanto él como Fina se desvinculan de cualquier partido político. “El 15-M es un movimiento ciudadano y nadie los maneja en la sombra”, dijo este portavoz.
La Policía Nacional acudió al edificio junto al propietario de la promotora, que intentó entrar al bloque sin éxito, ya que una vez ocupado un inmueble, sólo puede ser desalojado con orden judicial. Los agentes le acompañaron a denunciar los hechos, junto a un vecino de la misma calle, que estaba en trámites de compra de uno de los pisos. Había dado una entrada de unos 60.000 euros, pero no había escriturado aún. También ha denunciado. Es la séptima corrala de Sevilla tras Utopía, Ilusión, Condequintana y la Alegría (ya desalojadas), la Libertad y la Esperanza.
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