Cultura

Ocho miradas plásticas sobre la poesía en lengua española

Artistas andaluces ilustran los versos escogidos por el director de la Biblioteca de Nueva York.

el 06 abr 2011 / 20:02 h.

El juego era el siguiente: Paul Le Clerc, director de la Biblioteca Pública de Nueva York, debía escoger ocho poemas, ocho joyas de la poesía española de todos los tiempos. Y ocho artistas plásticos, bajo la coordinación de Sema D' Acosta, tenían la misión de interpretarlos, cada uno a su manera.

El resultado es la exposición Manhattan [5th Avenue at 42nd Street], que abrió la pasada semana en el Molino de San Antonio de Córdoba, en el marco del festival Cosmopoética.

"Me lo han puesto muy fácil", comentaba Matías Sánchez, ilustrador de los Cantares de Machado. "Me lo he llevado a mi terreno. Para un artista, el oficio es la vida, y no hay otro camino".

Tampoco tuvo mayor problema Carmen Laffón, que asumió el Romance de Abenámar y el rey Don Juan. "Ha sido muy simple, tengo una serie de 24 obras sobre el Generalife, y sólo he tenido que escoger entre ellas. Estaba hecho".

Guillermo Pérez Villalta, por su parte, hubo de elegir entre Quevedo y Góngora. Al final, se quedó con el cordobés. "Es más de imágenes", comenta. "Y en ese sentido me he limitado a traducirlo exactamente. He dibujado lo que veía", añade el tarifeño.

Quevedo le tocó a Miki Leal. "Me pilló en un momento en que estaba haciendo bodegones metafísicos, en los que no aparece casi nada concreto, es como una huella. No quería hacer algo literal. Es algo muy críptico, y muy íntimo también", comenta.

Jacobo Castellano se ocupa de las Underwood girls de Pedro Salinas. "Nunca me había metido con la poesía, pero tampoco me resulta extraño, porque mi trabajo es bastante poético", explica el artista, que muestra una serie de 24 dibujos enrollados, dispuestos frente a una ventana, que se prestan a un sutil movimiento con la luz.

"He tenido suerte con el poema, en el que casi puede escucharse el sonido de la máquina de escribir. Eso con el teclado de ordenador es hoy inimaginable", bromea.
El sello de Ignacio Tovar es evidente en el anónimo popular que ha ilustrado.

"Como pintor abstracto, no podía representar literalmente lo que leía, por eso he jugado con el color: el naranja para la naranja, el rojo como la curva del corazón, y el contraste del verde me ha dado las hojas".

Mientras que la cordobesa Nieves Galiot ha plasmado el espíritu de Rosalía de Castro sobre un libro de artista, José María Báez es el único que se ha llevado su obra fuera del Molino, concretamente a la sede del Ayuntamiento cordobés, para convertir un poema de Pablo García Baena en una larga alfombra de vinilo de 48 metros, que simbólicamente parte de la estatua de Claudio Marcelo y llega hasta San Rafael.

Título: Manhattan. Lugar: Molino de San Antonio (Córdoba). Horario: 10 a 14 y de 18 a 20 horas. Clausura: 24 de abril.

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