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Ofensiva del PP contra Rubalcaba

Los populares recurren al pasado para debilitar al vicepresidente primero en su estreno.

el 27 oct 2010 / 19:47 h.

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Rubalcaba charla con el presidente Zapatero.

El Congreso respiraba ayer ambiente de inicio de curso. Sus señorías hace ya dos meses que volvieron de su periodo de vacaciones, pero ayer parecía que comenzaba una nueva etapa.

La expectación de los periodistas era similar y se sucedieron también besos y parabienes -algunos más fingidos que otros- aunque muy concentrados en seis personas: los nuevos ministros y los que han cambiado de cartera o asumido nuevas competencias.

Si se tratara de hacer un ranking de acercamiento de mejillas, Rosa Aguilar, asida a su flamante cartera de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, ocuparía el primer puesto dentro y fuera del hemiciclo. Diputados socialistas, del PP, de los grupos nacionalistas, informadores... muchos se acercaron hasta ella para darle la enhorabuena y recordar algunos pasajes de su etapa como portavoz de IU en la Cámara. Incluso un ex compañero como Gaspar Llamazares le transmitió su felicitación, pese a que la relación personal entre ambos no da pie para que hablen mucho de ese pasado común.

Pero el pasado estuvo ayer muy presente en la Cámara. Es lo que intentaron los parlamentarios del PP para contrarrestar y debilitar la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba como hombre fuerte del Gobierno y reforzar su argumento de que, pese a la remodelación, todo sigue igual.

Ése fue el hilo conductor de la intervención de Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz popular en el Congreso, en su primer cara a cara con quien estrenó el sillón azul contiguo al de José Luis Rodríguez Zapatero y al que pidió que el Gobierno rectifique y no congele las pensiones el próximo año. Pero ve muy lejana esa posibilidad porque, tras los cambios en el Ejecutivo considera que "hay más de lo mismo por los mismos" y sigue sin gobernar nadie. Puestos a hablar del pasado, ¿por qué no remontarse a la elección de estudios del vicepresidente? Así, aludió a su licenciatura en Químicas para asegurar que hace falta más que química para transformar la mentira en verdad.

No sólo la portavoz se empleó a fondo para poner sobre la mesa etapas pasadas de Rubalcaba y de los gobiernos de los que otrora formó parte, porque dos veteranos diputados como Rafael Hernando e Ignacio Gil Lázaro se remontaron a su contribución al felipismo y llegaron a rememorar la incógnita sobre la identidad de aquella ‘X' de los GAL. Aunque los momentos de mayor tensión se vivieron cuando estos dos diputados populares preguntaron por la actuación policial en el caso Malaya y en el caso Faisán, el supuesto chivatazo que alertó a ETA de una operación policial en 2006.

El vicepresidente no defraudó a los suyos al repartir también sus ataques, citar como rasgo identificativo del PP el ser un partido "profundamente antisocial" que sólo en la oposición se acuerda de las políticas sociales y asegurar que los españoles no olvidarán esa actitud. Y más. Ante la pregunta sobre el caso Malaya acusó al principal partido de la oposición de utilizar la táctica de muchos delincuentes e instó a Mariano Rajoy a que reflexione si un partido que quiere volver a gobernar puede defender a sus presuntos corruptos.

A la salida del hemiciclo, el presidente aseguró en los pasillos del Congreso que "la estrategia del PP es muy clara" y valoró de forma positiva con la actuación de su nuevo vicepresidente.

Con la mayoría de los focos sobre él y Sáenz de Santamaría, pasó a un segundo plano la tradicional pregunta del líder del PP a Zapatero, en la que ambos mantuvieron un pulso sobre quién ha hecho más para reducir la pobreza. Rajoy acusó al Ejecutivo de haber empobrecido a los ciudadanos y pidió a Zapatero que esté "el tiempo que esté", "no haga más daño a los españoles". Éste le contestó con un vaticinio y un conse-jo: "en el tiempo que va a estar en la oposición, que va a ser largo, busque mejores argumentos".

Eso sí, parece que, a partir de ahora, ambos líderes van a alargar su presencia en los plenos de control porque no quieren perderse las preguntas dirigidas a Pérez Rubalcaba.

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